En 2024 se cumplieron nueve años de la aprobación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan de acción integral universal centrado en las personas, el planeta y la prosperidad, firmado por 193 Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para cumplir con su principio fundamental: “No dejar a nadie atrás”, mediante 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y 169 metas.
De acuerdo con el Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2024 elaborado por la ONU, se estima que sólo alrededor del 17 % de los ODS serán cumplidos, cerca de la mitad muestran un progreso moderado y alrededor del 30 % no ha visto ningún avance o ha retrocedido por debajo de la línea de base de 2015. Para entender esos hallazgos es importante que contextualicemos que cada uno de los 17 objetivos debe de ser abordado desde un enfoque integral al estar vinculado con los demás, creando una red interdependiente en la que se refuerza y acelera el progreso.
A seis años de la fecha límite para alcanzar los ODS, analizar el camino recorrido, las acciones implementadas y las áreas que se requieran continuar fortaleciendo, es imprescindible para alcanzar los resultados que la agenda propone y consolidarla a nivel mundial. Ese fue el objetivo del Foro Político de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible 2024, en el que, por cuarta ocasión, México presentó un informe voluntario sobre los esfuerzos impulsados en nuestro país para contribuir al cumplimiento de esa agenda multisectorial, inaplazable para el bienestar de las sociedades y su entorno.
Este esfuerzo nacional ante la ONU, en el que tuve el honor de formar parte a invitación de la UNESCO, contó con la participación de gobernadores como Samuel García Sepúlveda y Américo Villarreal Anaya, la embajadora Alicia Buenrostro Massieu, el subsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, Alejandro Encinas Nájera, así como de legisladoras, legisladores, presidentes municipales, organismos autónomos, representantes de sindicatos y organizaciones de la sociedad civil. El reporte se integró por informes voluntarios de más de 40 gobiernos subnacionales que dieron cuenta de cómo han convertido los objetivos de la agenda en acciones específicas en favor de sus municipios y estados, a fin de generar un mínimo común de trabajo para continuar avanzando en su cumplimiento.
En el caso particular del ODS 16.10 pudimos dialogar, en el evento paralelo convocado por la UNESCO, sobre la importancia de la digitalización para garantizar el acceso público a la información y proteger las libertades fundamentales. En este espacio se destacó la necesidad no sólo de fomentar este derecho humano acompañado de la transparencia y la rendición de cuentas para evaluar el progreso de la Agenda, sino para identificar las brechas en su implementación entre distintas poblaciones, sectores y territorios, con énfasis en las poblaciones en situación de vulnerabilidad. Además, se coincidió sobre la necesidad de incluir a la juventud y la población en situación de vulnerabilidad, para mejorar sus condiciones de vida, garantizar su acceso equitativo a servicios y programas gubernamentales y reducir la brecha de desigualdad.
Sin duda, la complejidad y la interconexión de los desafíos globales requiere de soluciones colaborativas y de la participación integral y efectiva de los estados, las Organizaciones de la Sociedad Civil, la academia y otras agencias internacionales especializadas, para que, como lo marca esa agenda prioritaria, logremos erradicar la pobreza, proteger el planeta, asegurar la prosperidad, alcanzar la igualdad, la equidad, y eliminar todas las formas de discriminación y violencia contra las personas, pues sólo así lograremos garantizar un futuro más justo, próspero y resiliente para todas y todos. Celebro la realización de ejercicios que ponen en el centro del debate mundial la importancia de esta agenda.
POR BLANCA LILIA IBARRA CADENA
COMISIONADA DEL INAI
@BL_IBARRA
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