MALOS MODOS

Mario el Normalista

Es un político de amplios conocimientos, abrumadora versatilidad, conocido amor por el pueblo bueno y una ética a prueba de balas

OPINIÓN

·
Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El nombramiento de mi Mario como jefe de los destinos de la Secretaría de Educación Pública abre un mundo de posibilidades. El compañero, sabidamente, es mucho más que un ejemplo de cómo llevar una camisa –aunque yo siempre lo he tenido por una especie de Pierce Brosnan de Colima–.

Tampoco es el alma de la fiesta y nada más, por mucho que esa versión viral de “Besos de ceniza” se haya quedado para siempre en nuestras mentes y nuestros corazones. No. El compañero Mario es un político de amplios conocimientos, abrumadora versatilidad, conocido amor por el pueblo bueno y una ética a prueba de balas. Así y todo, no sabíamos que tuviera credenciales tan que ni mandadas a hacer para la Educación Pública.

No, no me refiero al hecho de que haya fungido como secretario de Educación del gobierno chilango. Me refiero a lo que dijo la Compañera Presidenta: que puede desempeñarse en el cargo porque sus papás eran normalistas. Vaya, que lo profe lo trae de familia, por ósmosis.

El Doctor Patán tiene una muy exitosa trayectoria en el campo de la salud mental. Dicho con toda humildad, los pacientes se me apelotonan por decenas en el consultorio. Sin embargo, soy un convencido de que un hombre con aspiraciones presidenciales (recuerden: #DoctorPatán2030) está obligado a entender mínimamente todos los ámbitos de la vida humana, si quiere cumplir como es debido con sus gobernados. A tener una mirada universal; casi voy a decir: una mirada con un algo de renacentista, que vaya de la Economía, a la Educación, a la Salud, al petróleo, al deporte y a las tlayudas.

Bueno, la doctora Scheinbaum me ha dado una tranquilidad con lo de la familia normalista de mi Mario. Con esa misma lógica, de la lista de pendientes que tenía como político renacentista puedo tachar dos: la lingüística, que me viene de mamá, y los estudios shakespeareanos, cortesía de mi papá. De hecho, el Doctor Patán visitó el otro día la casa de sus difuntos padres y sintió un cosquilleo cuando vio una de las varias ediciones de las obras de Shakespeare que atesoró su viejo.

No quiero hacer promesas, pero la lengua española no está sobrada de buenas traducciones de “Ricardo III”, ¿eh? Digo, no puede uno aspirar a una obra colosal como la del Quinto Presidente Más Popular del Mundo, que también es el Primer Historiador de la Patria, pero nada hay de malo en aspirar a dejarle un legadito libresco a los mexicanos de mañana. (Con la lingüística no me pienso meter. Como todos sabemos, ya hay una lingüista oficial en el movimiento.)

La cosa es que la SEP está en buenísimas manos, y eso hay que celebrarlo. Dicho en otras palabras, con el Segundo Piso de la Transformación mi Mario rompió el capullo, extendió sus alas y dejó de ser Mario el Bailador para convertirse en Mario en Normalista. Bien por los niños de México.

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

MAAZ