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Milicianos

Durante el confinamiento empecé a notar que además todos eran antivaxers

OPINIÓN

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Alejandro Echegaray / Campus / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Desde el inicio de los tiempos he querido bajar de peso y ponerme mamado. X, Facebook e Instagram lo saben. Mis timelines están repletas de culturistas y gymbros que dan consejos sobre rutinas y dietas. Hablan de cómo ser hombres de verdad, son la vanguardia del anti wokismo y repelen la política de género.

También leen las Meditaciones de Marco Aurelio. Se consideran estoicos. Los más sofisticados recurren también a Epicteto.

Durante el confinamiento empecé a notar que además todos eran antivaxers, condenaban el uso de mascarillas, eran negacionistas de la pandemia y suscribían el MAGA como ideario político. En una nuez: eran trumpianos y se adherían a un American Way of Life pero recargado. Me pareció una genialidad y la mejor estrategia para comunicar una plataforma política. Aun cuando sólo veía la punta del iceberg, la realidad es que las redes sociales se han convertido en herramientas de reclutamiento increíblemente sofisticadas y poderosas.

De acuerdo con un artículo de WIRED de mayo pasado, escrito por Tess Owen, Facebook ha sido el epicentro digital para la organización de milicias.

En 2020, la efervescencia social que provocó la pandemia de Covid-19 aunado a las protestas del Black Lives Matter crearon las condiciones ideales para que un gran número de estadounidenses que han jugado a prepararse para una conflagración global cumplieran sus fantasías de supervivencia como vigilantes ciudadanos con una narrativa antigubernamental. Un libertarianismo mal entendido sin lugar a dudas.

Después de los disturbios en el Capitolio estadounidense en enero de 2021, cuando decenas de miembros de estas milicias unieron fuerzas con hordas de Trumpistas en aras de impedir que Joe Biden se convirtiera en presidente, se culpó ampliamente a Facebook de permitir que florecieran conspiraciones electorales en la plataforma.

De acuerdo a Hoffman y Ware de la revista Foreign Affairs son dos componentes ideológicos los que alientan a estos grupos extremistas. Por un lado, la teoría del gran reemplazo, que sostiene que hay una degradación continua de la cultura anglosajona como parte de una estrategia deliberada de la comunidad judía y las elites liberales. Esta teoría establece que un entramado de leyes de inmigración laxas, una migración transfronteriza ilegal descontrolada y la concesión de derechos a grupos minoritarios contribuyen de manera pertinaz a la anulación WASP.

A esta teoría se le suma la estrategia Marxista conocida como aceleracionismo: un esfuerzo por fomentar el caos como medio para acceder al poder. El riesgo es que estos grupos no solamente pueden dar el empujón que Trump necesita para derrocar a los Demócratas. Son grupos que pueden ser determinantes en la oclusión de la democracia republicana más añeja sobre el planeta Tierra.

POR ALEJANDRO ECHEGARAY

CONSULTOR

@AECHEGARAY1

MAAZ