La ciberseguridad, un campo crucial para todas las organizaciones, enfrenta desafíos complejos y multidimensionales que requieren de diversas perspectivas y habilidades. En dicha área las mujeres han demostrado tener un enfoque único y valioso para abordar estos retos; no obstante, la brecha de género en este sector sigue siendo una realidad en América Latina, donde las mujeres representan solo una pequeña fracción de la fuerza laboral, lo que limita el potencial y la diversidad de perspectivas en este ámbito tan importante.
Según el Cybersecurity Workforce Study publicado en 2023, solo el 26% de los profesionales de ciberseguridad en América Latina, son mujeres. En un contexto en el que, de acuerdo con el Banco Mundial, hay aproximadamente 4 millones de vacantes a nivel global, la falta de representación femenina limita la visión y la comprensión de los desafíos, así como el desarrollo de soluciones inclusivas y novedosas que se requieren este campo.
La incorporación de mujeres al mundo de ciberseguridad es un ganar-ganar del cual es posible encontrar beneficios para todas las partes. Conscientes de ello, ya existen esfuerzos locales y regionales que abordan esta misión en LATAM; sin embargo, al mapearlos destaca la gran oportunidad de colaboración entre estos grupos de mujeres en ciberseguridad que podría catalizar un cambio positivo y potenciar el impacto de sus acciones.
La coordinación efectiva entre estos grupos establecería un espacio para compartir conocimientos, recursos y mejores prácticas, fortalecer redes de apoyo, aumentar la visibilidad, así como para desarrollar iniciativas conjuntas. Al unificar esfuerzos, se puede crear una red sólida que no solo promueva la inclusión de más mujeres, sino que también mejora la capacidad de respuesta ante amenazas cibernéticas.
La diversidad no solo enriquece la ciberseguridad, sino que también fortalece la resiliencia y capacidad innovadora del sector. Una fuerza laboral diversa aporta una amplia gama de enfoques y soluciones creativas a los problemas complejos que enfrenta este campo. A medida que más mujeres ingresen y prosperen en este campo, se establece un ciclo positivo de innovación y mejora continua que fortalece la posición de América Latina en el escenario global de la ciberseguridad.
En última instancia, una comunidad diversa y bien coordinada es más capaz de anticipar, resistir y recuperarse de las amenazas cibernéticas, creando un ecosistema más adaptable y capaz de responder con mayor rapidez y eficacia ante los desafíos emergentes. Un futuro cibernético seguro e inclusivo requiere de la participación de las mujeres, quienes aportan un valor inestimable al desarrollo de estrategias y soluciones para proteger a nuestra región y al mundo.
Desde Metabase Q, empresa reconocida por la Organización de Naciones Unidas por su compromiso con los Principios de Empoderamiento Femenino (WEP’s por sus siglas en inglés), buscamos impulsar iniciativas que fomenten un espacio digital seguro, resiliente e inclusivo para todos. Si quieres conocer de cerca nuestros esfuerzos y formar parte activa de los mismos, te invitamos a nuestra página https://www.metabaseq.com/es/inicio/
Escrito por: Gloria Valencia
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