AGENDA LEVANTINA

Fijaciones temerarias

La continuación de la guerra israelí contra el movimiento Hamas tiene una motivación clara, profundamente personal, y nadie la frena

OPINIÓN

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Marta Tawil / Agenda Levantina / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, aún no ha logrado ninguno de los objetivos bélicos anunciados.

En la guerra de Gaza, la parálisis de la oposición es notoria a la luz de los objetivos en combate y la forma en que se está llevando a cabo. 

Desde el 7 de octubre, el Ejército israelí ha estado operando en múltiples frentes. En Gaza, las tropas luchan contra los hombres del grupo Hamas. 

En Cisjordania, territorio ocupado desde 1967, donde conviven entre tres millones de palestinos y unos 490 mil israelíes instalados en colonias ilegales, diversos organismos no gubernamentales (ONG) han informado de mil 120 incidentes violentos que involucran a fuerzas israelíes con grupos armados palestinos, desde que Hamas atacó Israel. 

Durante el mismo periodo, al menos 523 palestinos fueron asesinados por soldados o colonos israelíes, según la Autoridad Palestina. 

En la frontera norte con Líbano, los intercambios de disparos con Hezbolá son casi diarios. 

De acuerdo con la ONG Armed Conflict Location and Event Data Project, el Ejército israelí ha llevado a cabo cerca de cuatro mil 900 ataques en el sur de Líbano, desde el 7 de octubre, mientras que el Hezbolá lanzó alrededor de mil 100 ataques contra posiciones en Israel y contra los territorios que este ocupa en Beirut.

Después de casi ocho meses de guerra, Netanyahu mantiene abiertas todas sus opciones y, en el proceso, confunde a cualquiera que intente entender su objetivo.

El lunes, ante el Comité de Defensa y Asuntos Exteriores de la Knesset reiteró que no aceptaría detener la guerra ni renunciaría a una victoria total, luego de que la semana pasada España, Irlanda, Noruega y Eslovenia reconocieron a Palestina como Estado, Netanyahu afirmó que "pase lo que pase, Israel mantendrá pleno control de seguridad sobre todo el territorio al oeste del río Jordán", incluyendo Gaza y Cisjordania.

El Premier sigue con carta blanca para proseguir su política contra Palestina. Washington no vetó la entrada del Ejército israelí a Rafah, después de que Jerusalén expulsó a alrededor de un millón de civiles de la ciudad con amenazas. 

Dentro de Israel, ante un gabinete dominado por el pensamiento grupal, la protesta de la izquierda apenas se escucha; lo mismo ocurre con las manifestaciones de diferentes grupos sociales, afiliados a la derecha. La exigencia social a favor de la liberación de los rehenes parece ser la única oposición actualmente en Israel, pero se ve vaga y fallida. 

Para Netanyahu, las únicas y reales amenazas son las del Partido de Unidad Nacional de abandonar el gobierno en cuatro días, los juicios nacionales en su contra y la orden de arresto de la Corte Penal Internacional. 

La continuación de la guerra tiene una motivación clara, profundamente personal, y nadie la frena.  

POR MARTA TAWIL

INVESTIGADORA DE EL COLMEX

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