DR.ECHOS HUMANOS

Valle de Guadalupe: Una región vinícola exponencial

El desarrollo de las regiones debe potenciar el turismo sin afectar el valor natural y económico de las zonas

OPINIÓN

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José Luis Ayoub / Dr.echos humanos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

El Valle de Guadalupe, responsable del 90 por ciento de la producción nacional de vino, es una región perteneciente a Ensenada e integrada por las delegaciones de Francisco Zarco, San Antonio de Las Minas y El Porvenir.

Tuve el privilegio de visitar esta hermosa región vinícola que comparte microclima mediterráneo con zonas como Nappa Valley y el suroeste francés.

Para darnos una idea, en 2022 produjo más de 12.4 millones de litros de vino de distintas variedades como cabernet sauvignon, merlot, nebbiolo, entre otros.

En este reciente viaje pude observar el crecimiento de la región pero, sobre todo, en materia inmobiliaria y no precisamente vinculada con la vocación vinícola de la región.

Cuando serví en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, pude conocer de una situación a la que cotidianamente se enfrentaba la institución: ante la necesidad de vías que conectaran al país, determinar hacia dónde se llevaría el desarrollo, principalmente, en función de la población existente.

En aquellos tiempos yo pensaba en esa paradoja, ya que por un lado se argumentaba que podía no resultar viable llevar vías a poblados pequeños, pero si no se llevaban, entonces, permanecerían pequeños.

Posteriormente y, en mi última etapa de gobierno en Fonatur, estuvo presente, como una variable, la vocación de las regiones. Y aquí es donde veo el reto para el Valle de Guadalupe, entre su vocación vinícola y el desarrollo turístico e inmobiliario.

Sé que en un principio la decisión era que, para poder construir, el desarrollo debía tener siembra de vid. Una decisión válida, pero tal vez básica, que dejó de considerar muchas otras variables.

Actualmente vemos como proliferan conjuntos residenciales que, visualmente, no tienen mucho que ver con la región. Pero más aún, como está sucediendo en todas partes del mundo, tenemos el problema del agua y de los servicios públicos.

Es innegable la importancia de que se desarrolle el plano turístico, precisamente, por lo hermoso y atractivo de la región, máxime con su cercanía con Tijuana, Ensenada y San Diego, pero no se debe hacer a expensas de acabar con su atractivo natural y vocación económica y productiva.

¿Dónde se puede atender de manera más precisa este reto? Existen documentos de trabajo, como los Programas de Desarrollo Urbano, Turístico o de Ordenamiento Ecológico Local, entre otros y, específicos para el Valle de Guadalupe que, si se elaboran de manera estricta, socializando efectivamente su desarrollo, escuchando a las y los interesados y dejando de lado los intereses económicos y personales, pueden permitir armonizar el desarrollo turístico, inmobiliario y la verdadera vocación de esta región vitivinícola.

Esperemos que esta visión se encuentre en la mente de nuestros gobernantes por el bien de la zona. Por lo pronto, los invito a visitar la vendimia 2024, no se van a arrepentir.

POR JOSÉ LUIS AYOUB

COLABORADOR

contacto@joseluisayoub.com

@jlayoub

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