PORTAZO

La Corte ayuda a su verdugo

Asistir a los foros, a sabiendas de su inutilidad y uso político, fue una grotesca claudicación, la última

OPINIÓN

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Rafael Cardona / Portazo / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La verdad, fue un triste espectáculo.

Los ministros y ministras de la Suprema Corte de Justicia, en especial los “no alineados” (y un tanto alienados), acudieron a la Cámara de Diputados --con el anzuelo en la boca-- a participar en un foro sin sentido ni posibilidades de modificar lo ya decidido por el dócil poder Legislativo.

Los acarrearon (o fueron por su lene voluntad) para legitimar una maniobra del Ejecutivo, no para plantear su docta defensa del Poder Judicial. Eso a nadie le interesaba.  Los hicieron desfilar uno tras otro, entre la ingenuidad y el ocio y en el extremo de la burla les soltaron a un rencoroso Arturo Zaldívar para enfrentarlos con la cuña del mismo palo y escuchar, sin pestañeos ni réplicas el diagnóstico obradorista:

“…nunca ha estado (el PJ) en peor situación que ahora, si preguntamos a la gente -que lo hicimos en los “Diálogos por la Transformación”-, la gente te dice que tenemos una justicia elitista, una justicia que privilegia a los que tienen, frente a los que no tiene; que maltrata a las mujeres, que castiga la pobreza y no la delincuencia, y que no tiene legitimación social…"

Obviamente sobre esos conceptos se fundamenta y justifica la reforma propuesta e impuesta por el presidente de la República quien podrá llegar al último triunfo de su paso por el Ejecutivo, antes de asistir a los funerales de una Corte a la cual sentenció desde el ya lejano diciembre de 2018, con aquella catilinaria moralina cuyo sentido los togados no comprendieron.

--“…Yo creo que se equivocaron porque no están entendiendo la nueva realidad y se olvidan de Juárez, deberían de quitar el retrato del presidente Juárez de la Suprema Corte de Justicia…”. Ya después hablaría de su pútrida e irremediable condición.

Pero ni ese ni los sucesivos amagos y golpes fueron comprendidos. El colmo no fue el retiro de los fideicomisos; tampoco la personalización del conflicto contra la ministra Norma Piña, el paracaidismo de Lenia Batres o la colonización del tribunal, con Loretta y Yasmín. Tampoco el fichaje barato de Zaldívar.

Lo peor fue su asistencia a estos foros, porque las maniobras anteriores fueron obra del adversario; lo de anteayer fue la colaboración con el verdugo, sólo para escucharlo decir:  

“…Celebro que estén participando los ministros de la Corte, los integrantes del Consejo de la Judicatura, también magistrados, y que estén dialogando, debatiendo el tema; además, celebro que estén aceptando que hace falta la reforma en el Poder Judicial, ese es un avance importantísimo y es digno de reconocimiento.”

Asistir a los foros, a sabiendas de su inutilidad y uso político, fue una grotesca claudicación. La última.

POR RAFAEL CARDONA

COLABORADOR

@CARDONARAFAEL

                                    

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