COLUMNA INVITADA

El yo del presidente

¿Cuántas afirmaciones han hecho los presidentes de México a lo largo de la historia?

OPINIÓN

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Ignacio Anaya / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

¿Cuántas afirmaciones han hecho los presidentes de México a lo largo de la historia? Muchas, especialmente desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad. Parece que se hace al menos una al día. ¿Cuántas les creemos? Eso ya depende de cada uno, pero en general existe la idea de que el presidente es la persona mejor informada de todo lo que ocurre en el país y su voz es suficiente para dar una verdad concreta.

Los presidentes aplican de manera contundente su presencia con un "yo" que se utiliza para justificar sus discursos, políticas y acciones, aquel que conoce por su posición. Hace unos días lo demostró el presidente Andrés Manuel López Obrador con el caso Ayotzinapa al negar la implicación del Ejército con la desaparición de los 43 normalistas en septiembre del 2014: "[...] pero yo hasta hoy no tengo ninguna prueba de que haya sido el Ejército, así, y le he buscado por todo y tengo toda la información, soy el Presidente de México."

En su momento, Felipe Calderón también hizo uso del "yo que sabe" en varios discursos que pronunció durante su administración. Por ejemplo, el 22 de mayo del 2012, al hablar sobre los gastos destinados para aplicar la reforma penal del 2008, dijo: "Es decir, yo sé que se necesitan recursos, pero estricta, estrictamente yo diría que ya no es problema, yo diría que ya no es el principal problema. Se requiere mucha voluntad política para avanzar con la reforma." Así, con su palabra, el entonces mandatario dejaba clara su postura, apelando a lo que supuestamente sabía.

El discurso presidencial en México ha experimentado varios cambios desde el mandato priista. Ha pasado de ser una especie de ritual político dedicado solo a informes de gobierno, acontecimientos especiales o eventos de mayor prestigio, a convertirse en una herramienta para enfrentar las demandas cotidianas de la sociedad. Sin embargo, esto no se hace necesariamente con el objetivo de solucionarlas, sino con la idea de hacerlas sentir escuchadas e insertándose dentro de ellas.

Luis Echeverría demostró este uso con las siguientes palabras que abrieron un discurso para clausurar los trabajos de la XIV Asamblea de la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior en 1972: "Dicen los estudiantes, y seguramente los maestros, que 'No vitorean al presidente, que lo exhortan a que siga adelante en su política de desarrollo económico'.

En esta expresión [...] encuentro la base para algunas breves reflexiones que, sin duda alguna, conviene considerar al pueblo entero en los presentes momentos que vive el mundo." No obstante, también debía dejar claro su yo discursivo, aquel que le otorgaba la autoridad y validez presidencial al afirmar lo siguiente: "Va mi palabra de por medio".

Este uso del "yo" presidencial como herramienta de autoridad tiene implicaciones significativas. Refuerza la imagen del presidente con la figura mítica que contiene toda la información, todos los datos, lo que puede generar expectativas poco realistas en la población. 

POR IGNACIO ANAYA

COLABORADOR

@Ignaciominj

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