COLUMNA INVITADA

Virtudes estoicas en tiempos de mujeres

En junio de 1954, hace setenta años, las mujeres en México nunca habíamos votado ni ocupado un escaño en la Cámara de Diputados

OPINIÓN

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Graciela Báez RicardezCréditos: El Heraldo de México

En junio de 1954, hace setenta años, las mujeres en México nunca habíamos votado ni ocupado un escaño en la Cámara de Diputados. Pero la lucha por nuestros derechos políticos estaba en marcha. En septiembre de ese año, en el Palacio de Donceles, una joven abogada, Aurora Jiménez, rindió protesta y se convirtió en la primera diputada federal de nuestro país, luego de haber ganado unos comicios extraordinarios en Baja California. En 1955, las mexicanas sufragaríamos por primera vez en unas elecciones federales.  

Luego de aquel primer escaño y aquellos primeros votos, la lucha feminista y la apertura democrática nuestra presencia en todos los ámbitos de la vida pública fue creciendo paulatinamente. En esta, la LXV Legislatura, finalmente se alcanzó la paridad total. Hoy México cuenta con nueve gobernadoras y dos mujeres presiden dos de los tres poderes de la República: la Suprema Corte y el Congreso de la Unión. En menos de cien días, una científica, la doctora Claudia Sheinbaum, rendirá protesta como la primera mujer en presidir el Poder Ejecutivo de México. 

La participación de las mujeres en el Legislativo, además de un acto de justicia, propició más y mejores leyes en nuestro favor. La premisa es sencilla: Las mujeres tenemos la visión, empatía y sensibilidad para entender y remediar las realidades que nos afectan, nuestro orden de prioridades es claro y contundente. La llegada a la presidencia de la doctora Sheinbaum implicará políticas públicas favorables a nuestro género, como el sistema de cuidados, incluido en lo que denominó “los 100 pasos para la transformación”. 

Es en este contexto de grandes conquistas históricas de las mujeres es que esta semana (del 24 al 27 de junio) tiene lugar en la Cámara de Diputados el “Tercer Encuentro de Estoicismo México”, en el que participan académicos, filósofos, politólogos y estudiantes de países como Argentina, España e Italia, entre otros. Forma parte del movimiento de recuperación de la escuela filosófica del estoicismo de la antigua Grecia aplicable a los problemas éticos, sociales y políticos del presente. 

El título del encuentro es “Democracia y Populismos antiguos y modernos”. Ambos conceptos han sido debatidos desde hace más de veinte siglos. Recientemente, el término populismo ha sido utilizado de forma peyorativa: gobernar con irresponsabilidad para complacer a las mayorías. Otros, sin embargo, lo han ponderado con un sentido positivo. Una vez el que entonces presidente Peña Nieto, alertó sobre los riesgos del populismo, a lo que el líder estadounidense Barack Obama respondió que, por su preocupación por los pobres y los trabajadores, él mismo era un populista. Ocurre algo similar con el término feminismo, que ha querido ser desvirtuado de su concepción original, la lucha por la igualdad y equidad, por la de su acepción de movimiento radical.

En el contexto de transformación que vive México, avancemos por la ruta del populismo y el feminismo en sus mejores acepciones, la de poner por delante a la gente y favorecer la igualdad y equidad, y confiemos en que las mujeres y hombres que tendrán las riendas del país se guíen por las virtudes cardinales del estoicismo: coraje, templanza, sabiduría y justicia.

Por: Graciela Báez Ricardez

Secretaria General de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión

X: @GracielaBaez