RADAR DE LIBROS

Combatir la pobreza

La economía experimental de Esther Duflo se parece más a la etnografía que a la física.

OPINIÓN

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Carlos Bravo Regidor / Radar de Libros / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En contraste con la cómoda grandilocuencia a la que tiende el discurso político que reivindica a los pobres, a Esther Duflo le interesa la esforzada modestia que se requiere para generar conocimiento económico que ayude efectivamente a combatir la pobreza.

Ganadora del Premio Nobel de Economía en 2019 por las contribuciones de su “aproximación experimental al alivio de la pobreza global”, sus investigaciones son emblemáticas de una ciencia social al mismo tiempo comprometida y estricta. Por un lado, aspira a tener un impacto concreto, medible, para mejorar la vida de las personas que estudia; y, por el otro, se impone muy altos estándares en términos de rigor metodológico. La nobleza de su causa no es una licencia para ignorar, sino una exigencia para reconocer, las dificultades de su propósito.

Combatir la pobreza. Herramientas experimentales para enfrentarla (México, Grano de Sal, 2019), reúne tres lecciones que Duflo dictó en el College de France a principios del 2009. En ellas explica la lógica de su “método experimental”, análoga a la de los ensayos clínicos aleatorizados que se emplean en la industria farmacéutica para probar nuevos tratamientos; detalla numerosos ejemplos de su aplicación en países tan disímiles como Kenia, México, India, República Dominicana, Tailandia, Brasil o Benín; y distingue en qué consiste la especificidad de su aportación a la microeconomía del desarrollo humano.

¿Qué efecto tiene la distribución gratuita de uniformes en las tasas de escolarización? ¿Qué diferencia hace ofrecer recompensas a padres o a hijos si estos últimos mejoran su nivel de lectura? ¿Qué enfermedades es prioritario prevenir para reducir el ausentismo escolar? ¿Por qué es baja la demanda de servicios de calidad en la salud pública? ¿Cuándo funcionan los microcréditos para disminuir la pobreza? ¿Promover la participación ciudadana en las decisiones de gasto público reduce la corrupción? Depende, siempre depende. Con el método experimental no hay respuestas generales; hay contextos determinantes, evaluaciones exhaustivas y aprendizajes concretos.

Todo lo cual quizá es desesperante para quienes ansían las soluciones rápidas, sencillas e infalibles de los grandes modelos; pero es fascinante para quienes están dispuestos a habérselas con la compleja versatilidad del comportamiento humano realmente existente. Bien decía George Steiner que las teorías no son más que intuiciones que han perdido la paciencia.

Al final, la imagen de Duflo como economista que emerge de este libro no se parece a la de una física o una química escribiendo fórmulas en un pizarrón, sino a la de una etnógrafa haciendo trabajo de observación participante en campo.

“Yo quiero practicar la economía como una verdadera ciencia humana”, concluye Duflo. “Una ciencia humana rigurosa, imparcial, seria. Una ciencia humana, en toda su riqueza y complejidad; una ciencia humana, en su fragilidad y modestia. Una ciencia humana, finalmente, que sea generosa, ambiciosa, comprometida. Hacer mi parte en la laboriosa construcción de un saber contra la pobreza es mi trabajo y mi razón de vivir”.

POR CARLOS BRAVO REGIDOR

COLABORADOR

@CARLOSBRAVOREG

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