COLUMNA INVITADA

Las lecciones de Alberto

Se rellenaron las presas El Cuchillo y La Boca, y hubo que abrir las compuertas para liberar agua

OPINIÓN

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Adriana Moreno Cordero / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Heraldo de México

Afortunadamente, la tormenta tropical Alberto, que amenazaba a varios estados del país, principalmente Tamaulipas y Monterrey, se debilitó hasta convertirse en depresión tropical conforme recorrió México, y dejó varias lecciones que son dignas de retomar.

De entrada, las entidades por las que pasó el primer fenómeno meteorológico del año vivieron una noche paradójica porque si bien había temor ante las afectaciones que podía dejar, por el otro lado, aguardaron con esperanza que llegara el agua, por lo que consideraron que valía la pena correr el riesgo.  

El año pasado, Nuevo León vivió una tremenda escasez de lluvia. De enero a octubre de 2023, en el estado, apenas cayeron 352 milímetros, cuando el promedio, de acuerdo a Conagua, indica que cada año llueve en la entidad alrededor de 579 milímetros. Luego del paso de Alberto, se rellenaron las presas de El Cuchillo y La Boca, e incluso hubo que abrir las compuertas para liberar agua.

Sin embargo, desafortunadamente, en las primeras horas del paso de Alberto, se reportó la muerte de tres menores de edad. Uno, Azael Alberto, de 16 años, al tratar de rescatar el balón con el que jugaba en el río La Silla, y los otros dos al recibir una descarga eléctrica cuando en bicicleta pasaron por un encharcamiento donde había un cable suelto. 

También perdió la vida un adulto por intentar hacer una reparación eléctrica en su domicilio. Ahí, sin duda, hubo fallas de parte de Protección Civil que con explicaciones huecas trataron de justificarse.

En Tamaulipas, uno de los efectos de Alberto tiene que ver con que una leyenda urbana se revivió. Desde antes de que el primer huracán del año llegara al estado, en Ciudad Madero, Altamira y Tampico, sus habitantes desarrollaban sus actividades diarias de manera normal, sin inquietarse mayormente porque saben que antes de llegar un fenómeno meteorológico de este tipo, se desvían hacia los costados y aseguran que no es la primera ocasión que esto ocurre y que se debe a la presencia de ovnis que protegen esa zona del país.

Casualidad o coincidencia, esta tormenta tropical desvió su trayectoria. La noche del pasado miércoles, por las redes sociales se reportó que unas luces, cuya procedencia se desconoce, aparecieron en el cielo de Tampico, con lo que la leyenda urbana cobró mayor fuerza.

Alberto pasó sin dejar daños mayores a diferencia de lo que ocurrió en el caso del huracán Otis, que destruyó Acapulco. Sin embargo, las áreas de Protección Civil de los estados deberían tener un papel más activo en el inicio de la temporada de huracanes que llaman a la emergencia. No se puede dejar todo a los ovnis, a la suerte o a las explicaciones huecas.

POR ADRIANA MORENO CORDERO

COLABORADORA

MORCORA@GMAIL.COM 

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