COLUMNA INVITADA

Haiga sido como haiga sido

La gente decidió el pasado 2 de junio quien quiere que sea el gobernador, el senador, el diputado o el alcalde que lo represente en la entidad en donde vive

OPINIÓN

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Eduardo Macías Garrido / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Hay que darle vuelta al capítulo de las pasadas elecciones y buscar cada uno desde su trinchera las oportunidades para salir adelante, y no quedarnos enfrascados en un discurso obsoleto y estéril, en donde independientemente de las preferencias de cada elector, la mayoría ya decidió en las urnas.

“Haiga sido como haiga sido”, la gente decidió el pasado 2 de junio quien quiere que sea el gobernador, el senador, el diputado o el alcalde que lo represente en la entidad en donde vive. Desde luego, los mexicanos también decidieron quién será su presidenta para los próximos seis años.

El expresidente Felipe Calderón en alguna entrevista en 2006 afirmó que se había llegado a decir que iba adelante de plano porque lo habían ayudado, porque sus adversarios eran muy malos, porque la campaña fue muy buena, pero como dicen en su tierra, ganó “haiga sido como haiga sido”. 

La diferencia entre Calderón y López Obrador en su momento fue de 0.58%. En las pasadas elecciones las diferencias fueron abismales, simplemente Claudia Sheinbaum ganó por más de 35 millones de votos, es decir, rebasó por 19 millones 421 mil 522 votos a Xóchitl Gálvez, obteniendo el 59.75% del apoyo ciudadano.

Así que el discurso encabezado por un par de trasnochados como Alejandro Moreno y Marko Cortés resulta además de irresponsable, totalmente fuera de una realidad que los arrastró como un tsunami fuera de control.

La razón del triunfo avasallador de Morena no deviene de un fraude, las causas son evidentes y están al alcance de quien las quiera ver y entender.  

Para muchos puede resultar frustrante y hasta dolorosos los resultados de la pasada jornada electoral, pero existe una razón de peso y es que la oposición nunca pudo convencer al electorado de la necesidad de un cambio.

El gran ganador en esta elección fue Andrés Manuel López Obrador, quien ganó como muchas veces le ganaron a él: “haiga sido como haiga sido”. Podemos hablar de una elección de Estado, pero no de fraude electoral.

Quien debería rendir cuentas no es el Instituto Nacional Electoral (INE), sino los partidos de oposición, encabezados por el PRI, PAN y PRD, este último hoy sin registro, los cuales se convirtieron en franquicias y no en garantes del sentir de la gente.

Hoy México necesita verdaderos liderazgos emanados de la sociedad civil, y no a los viejos e ineptos políticos que solo ven por sus intereses, en donde lo único que buscan es el cobijo del fuero y un hueso que les permita transitar un sexenio más.

Hoy es momento de sumar esfuerzos y que cada uno desde su trinchera trabaje para tener un México mejor para nuestras familias, por eso resulta ocioso seguir con temas postelectorales que ya en nada abonan a la solución de los problemas nacionales que hoy nos aquejan.

La presidenta electa enfrentará temas como la seguridad en el país, la insuficiencia de medicamentos para la gente, mejor calidad en los servicios de salud, entre otros. Así que resulta de mayor utilidad ver como aportamos ideas en la solución de estos, y no enfrascarnos en discusiones absurdas que en nada ayudan para la atención de los grandes temas nacionales. 

No prestemos oídos a voces que ya demostraron que no les interesa el pueblo de México, y mejor pongámonos a trabajar con este nuevo gobierno que encabezará Claudia Sheinbaum, quien será la próxima presidenta durante los siguientes seis años: “haiga sido como haiga sido”.

POR EDUARDO MACÍAS GARRIDO

EDUARDOMACG@ICLOUD.COM  
@EDUARDO84888581

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