PASIÓN POR CORRER

50 y más

Y es que aunque la creencia popular en México es que la persona empieza a envejecer al cumplir 60 años. En realidad el proceso de envejecimiento de nuestro cuerpo comienza en la quinta década de vida, cerca de los 45 años, después de la madurez y es cuando empiezan a declinar ciertas funciones

OPINIÓN

·
Rossana Ayala / Pasión por Correr / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Correr después de mis 50 años se ha vuelto más difícil de lo que hubiera pensado a mis 20. Los inevitables cambios físicos y fisiológicos como la menopausia y el hecho que durante la pandemia por COVID-19 dejé de entrenar como lo venía haciendo, no me la pusieron fácil y me ha tomado casi 2 años volver a un ritmo en el que puedo correr un 21K, y preparar mi próximo maratón. 

Y es que aunque la creencia popular en México es que la persona empieza a envejecer al cumplir 60 años. En realidad el proceso de envejecimiento de nuestro cuerpo comienza en la quinta década de vida, cerca de los 45 años, después de la madurez y es cuando empiezan a declinar ciertas funciones vinculadas a cambios biológicos característicos de la edad. Así que no hay confundir envejecimiento con vejez.

“Envejecer de forma saludable significa estar bien y hacer y ser lo que uno quiere. Tiene que ver con lo biológico, psicológico, social y con tener motivos para vivir”, define el profesor Victor Manuel Mendoza Núñez, responsable de la Unidad de Investigación en Gerontología (UIG) de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza (FES-Z) de la UNAM, que se dedica a realizar estudios y desarrollar modelos de vida para lograr un envejecimiento y una vejez saludable en México.

Si bien correr después de los 50 no es tan sencillo, si lo hacemos como parte de una estrategia que incluya una buena nutrición, descanso, y supervisión médica, podremos no solo correr más y mejor, envejeceremos sanos y fuertes.

En mi caso, para el objetivo de volver a los maratones, ha sido necesario dedicar más tiempo a trabajar el nivel básico de resistencia a un ritmo más lento. Empezar de cero no fue fácil para mi mente corredora y desesperada. Hacer más ejercicios de movilidad dinámica y técnica antes de correr, y estiramientos estáticos al terminar, le sumaron minutos y dedicación a mis sesiones, pero disminuyeron considerablemente el dolor y la inflamación. 

El entrenamiento de fuerza y el descanso tienen ahora más importancia y sentido que la cantidad de kilometros en las piernas. Con la edad disminuye la masa y el tono muscular y son estos los que nos permiten correr más y mejor; mientras que el descanso ayuda a reparar estas fibras y evitar una lesión.

Entender esto puede ser difícil para corredores con experiencia, pues cuesta aceptar que ya no se trata de resistir al límite. No  asumirlo suele llevar a frustraciones y decepciones. Y es que no todos los días tienen que ser de alto rendimiento. No pretendamos a esta edad esforzarnos por superar límites como podríamos haberlo hecho cuando teníamos 25 o 30 años. 

Otra estrategia, y para mi la más importante, es una nutrición e hidratación adecuadas. Muchos problemas articulares son resultado de la deshidratación, que también reduce el aporte de oxígeno a los músculos y estresa el sistema cardiovascular.

Si bien no hay límite de edad para correr, el cuerpo debe recibir lo necesario para hacerlo bien. Espero seguir corriendo muchos años más y aunque mis piernas envejezcan quiero que me sigan dando las fuerzas para avanzar un kilómetro más.

POR ROSSANA AYALA

EEZ