PERISCOPIO

De Piedra, la lápida de la CNDH

En sus cinco años de gestión, Piedra se dedicó a demoler a la Comisión con la idea de que se le cumpla el sueño de crear un ente a su medida

OPINIÓN

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Raymundo Sánchez Patlán / Periscopio / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Tiro de gracia a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) prepara su presidenta, Rosario Piedra, aprovechando las ansias del saliente presidente Andrés López Obrador para finiquitar, antes de que termine su sexenio, a los contrapesos como la Suprema Corte, y lo órganos autónomos como el INE, el INAI, el IFT, la Cofece, la CRE, etcétera.

Ve ahora el momento adecuado para erigir sobre las ruinas de la Comisión una supuesta Defensoría del Pueblo, obviamente presidida por ella misma, lo cual sería una reelección automática, pues su periodo al frente del organismo defensor de los derechos humanos termina en noviembre próximo.  

Por eso, sin que nadie le preguntara, doña Rosario dio su respaldo a la reforma al Poder Judicial, que el tabasqueño insiste en aprobar en septiembre, último mes de su mandato. De paso, pidió se extienda al INE y a la CNDH, por ser parte del “andamiaje legal e institucional sobre el que funcionó el régimen autoritario”.

E insistió en retomar su propuesta presentada al Congreso el 7 de diciembre de 2022, para crear la dichosa defensoría que, según ella, contaría “con mayores herramientas para promover y defender la visión integral y crítica de los derechos humanos; que le brinde mayores posibilidades de incidir en la prevención de las violaciones de derechos humanos, y en su no repetición”.

Pero en los hechos, su presidencia no se caracteriza por la defensa de los derechos humanos. Desde su imposición como ombudsperson, el 7 de noviembre de 2019, Piedra nunca condenó y menos se solidarizó con las madres buscadoras, los padres de niños con cáncer a los que no se les surtió medicamento, los enfermos que el gobierno dejó sin medicinas.

Tampoco con los periodistas agredidos a punta de mañanerazos, ni recientemente con los 12 mil chiapanecos desplazados de Tila, por la inacción del gobierno ante el crimen organizado, o con las familias de los 180 asesinados en el sexenio.

Lo que sí hizo fue destruir el prestigio de la CNDH. Empezó por obligar a renunciar a todos los integrantes del Consejo Consultivo, único contrapeso que le impedía ejercer un poder unipersonal, y degradó a la Comisión a una vergonzante violadora de garantías: en enero pasado, el reportero de El Heraldo de México, Almaquio García, documentó que durante su gestión, aumentaron las quejas de usuarios contra la CNDH.

Los reclamos aumentaron más de mil por ciento, pues en 2021 fueron apenas 45, y al cierre de 2023 la cifra se había elevado a 515, de acuerdo con el Informe Anual de Actividades 2023, del Órgano Interno de Control.

Es decir, en sus cinco años de gestión, Piedra se dedicó a demoler a la CNDH con la idea de que se le cumpla el sueño de crear un ente a su medida y con su visión sobre los derechos humanos, que no es otra que defender al régimen obradorista.

Y lo quiere concretar antes de que Claudia Sheinbaum rinda protesta como presidenta de la República.  

POR: RAYMUNDO SÁNCHEZ PATLÁN

RAYMUNDO@ELHERALDODEMEXICO.COM    

@R_SANCHEZP

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