LA ENCERRONA

La creación del enemigo

“Son asuntos que van más allá de las elecciones” López Obrador

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

No se puede entender a López Obrador sin un “adversario público”. Desde que fue candidato a gobernador en su natal Tabasco o como Jefe de Gobierno en el otrora Distrito Federal o en sus múltiples intentos hacia la presidencia de la república, siempre colocaba delante de sí al “enemigo del pueblo” y, por supuesto, él mismo se encarna como el salvador.

Cuando él menciona a la “mafia del poder”, la despersonifica y es la sociedad o los medios de comunicación quien le impone un sujeto, pueden ser los expresidentes, los fifís, los conservadores, las potencias internacionales, los mismos medios de comunicación, entre otros tantos.

Para el mandatario de nuestro país es de vital importancia que exista -el otro-, el villano del cuento, mismo que le es crucial para su narrativa. Para lograrlo no le importa pasar por encima de cuantas reglas, o incluso leyes, sean estas la protección de datos personales, mensajes cargados de violencia, azuzar a sus seguidores para que -hagan lo que tengan que hacer- ya sea en redes u otros medios.

Sus blancos favoritos han sido los medios de comunicación, calificándolos como “prensa fifí, pasquines conservadores y al servicio de la mafia del poder”, pero también siempre en contra de las personas que trabajan en la prensa y cuestionan el accionar del gobierno actual.

Al inquilino de Palacio poco importa si el medio es nacional o internacional. Recordemos que ya arremetió en contra de El País, el New York Times, The Washington Post o The Economist, lo que interesa es que estos medios atacan al “implacable funcionamiento” de su administración.

En cuanto a la arena doméstica ha atacado incesantemente a cualquier medio que no esté de acuerdo con él. Sin embargo, además de estar en clara objeción contra la libertad de prensa, constantemente coloca a reporteros y líderes de opinión en el banquillo de los acusados, poniendo su integridad en alto riesgo.

Son conocidas las historias con un líder de opinión, a quien el propio presidente exhibió sus cuentas bancarias y domicilio; a otro famoso analista lo fustigó hasta que las palabras de odio se volvieron realidad y esté comentador y presentador de noticias sufrió un atentado; asimismo, después del reportaje del NYT, desde la tribuna matutina, se expusieron los datos personales de varios reporteros y reporteras, violando la ley de datos personales.

Además de ser flagrante su confrontación y en ocasiones de manera desproporcionada, esto es aún más peligroso en un país donde se asesinan a personas periodistas con proporciones cercanas a lo que ocurren en las dictaduras o en países en guerra.

Ahora, el turno es para Ma. Amparo Casar, académica reconocida, crítica del poder (cualquiera que lo ejerza) y actual directora de Mexicanos contra la corrupción y la impunidad”, de quien se han publicado cientos de documentos -desde el sitio oficial de Presidencia-, entre ellos el acta de defunción de su marido, datos personales de ella y su familia, cuentas bancarias, domicilio, etc.

Un acto deleznable a todas luces. Crear al enemigo para luego salir victorioso de la batalla es un modus operandi de este gobierno, estrategia que se nota desgastada y la falacia de que “matando al mensajero se muere el mensaje” queda cada vez más al descubierto.

POR ADRIANA SARUR

COLABORADORA

ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM 

MAAZ