Alguna o varias veces hemos regalado flores a nuestros seres queridos, ya sea para conmemorar algún aniversario, cumpleaños o para festejar días especiales, como los del amor y la amistad o el de las madres, que justo se celebra el próximo viernes.
México es un país de flores, pues gracias a la diversidad de sus climas alberga una amplia gama de especies endémicas que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo. Desde las coloridas dalias hasta las elegantes orquídeas.
Ya los aztecas y los mayas consideraban a las flores como símbolos de vida, muerte y renovación y mantenían una conexión espiritual que incluso ha perdurado a lo largo de los siglos y sigue siendo una parte integral de la identidad cultural mexicana.
Pero, sabe usted que detrás de cada flor existe todo un sector, el de la floricultura, el cual se ha caracterizado por su organización, profesionalismo y ofrecer un valor agregado a su producción.
Esta industria también está buscando nuevas formas para adaptarse a los efectos del cambio climático, con la adopción de prácticas respetuosas con el ambiente y promueve el comercio justo y el apoyo a los pequeños productores locales.
Así, la floricultura se ha convertido en los últimos años en una de las actividades más rentables del sector agrícola, ya que genera más de 250 mil empleos directos, casi un millón indirectos y el 60 por ciento de su producción la realizan manos femeninas.
Esta actividad se desarrolla en 13 entidades del país, pero el Estado de México, Morelos, Puebla y la Ciudad de México son líderes productores.
Precisamente es en la capital mexicana donde el sector es un buen ejemplo de la resiliencia, pues se levantó del golpe que nos dejó la pandemia y hoy es líder en producción de tulipán holandés, con 515 mil plantas, de las cuales la alcaldía Xochimilco presenta el mayor volumen con 435 mil plantas y valor de 14.5 millones de pesos, con datos a 2023.
Cifras de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural señalan que al cierre de 2022, el sector cosechó más de cinco mil millones de flores a nivel nacional y se estima que para 2023 habría igualado esta producción, con lo que se atenderá la demanda habitual y la caracterizada por la celebración del 10 de mayo.
Desde los vibrantes mercados locales como los de Xochimilco y centrales de abasto, contaremos con la opción de regalar una aromática y hermosa flor que, sin duda, dejará un buen recuerdo en la persona que la reciba.
Desde aquí le invito a comprar sus flores en los tradicionales mercados populares y locales que existen en todo el país para apoyar a nuestros productores, quienes -sin lugar a dudas- merecen un fuerte aplauso por la calidad de sus plantas y flores ornamentales.
La floricultura mexicana, más allá de su importancia como generadora de actividad económica, es un tesoro que alberga historia, cultura y naturaleza.
POR MARIANA OTERO BRIZ
COLABORADORA
@BRIZCOCHO
PAL