COLUMNA INVITADA

Universitarios del mundo, ¡uníos!

Hoy ya no se puede callar más y en esto los estudiantes tienen razón: se pide un cese al fuego inmediato y humanitario, se advierte lo que en Gaza es evidente, un genocidio que se desarrolla en tiempo real; y se exige una Palestina libre

OPINIÓN

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Diego Latorre / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

“El silencio no es neutralidad, es apoyar el statu quo”, es el grito que nos emplaza, que debiera sacudirnos para no arrogarnos decepcionados al adormecimiento que brinda la vida con sus urgencias, sus placeres, sus desgracias y sus momentos tibios. Hoy ya no se puede callar más y en esto los estudiantes tienen razón: se pide un cese al fuego inmediato y humanitario, se advierte lo que en Gaza es evidente, un genocidio que se desarrolla en tiempo real; y se exige una Palestina libre.

            Lo anterior, insistiendo en que, defender los derechos humanos de los palestinos no significa ser pro-Hamas; decir “Palestina libre”, no significa que seamos antisemitas o que se desea la desaparición del pueblo judío ni del Estado de Israel, más bien significa liberar a los palestinos de la ocupación israelí que los ha privado de sus derechos humanos básicos durante años; significa también dejar de encerrar a millones de personas en la prisión al aire libre más grande del mundo y devolver los asentamientos irregulares; significa, finalmente, poner fin al apartheid impuesto por el gobierno israelí. “Palestina libre” implica dar a este grandioso y avasallado pueblo el control de su destino, hacer real la solución de dos Estados.

            Orgullosos estudiantes universitarios se han organizado en México y hacen valer su voz a la par de otros estudiantes del “mundo libre” que, ¡vaya paradoja!, luchan, también por preservar su libertad de expresión: mientras el Sur Global condena el genocidio en Gaza, los países del G7, las hermosas democracias del Norte Desarrollado reprimen a sus estudiantes universitarios que piden, exactamente, lo que todos deseamos: un cese al fuego inmediato y humanitario, sanción al genocidio; no más armas a Israel; y una Palestina libre. ¿Recuerdan cuando los medios de comunicación occidentales se entusiasmaron con las protestas universitarias en Irán o en Cuba o Georgia? ¿Qué dicen ahora sobre la policía y los grupos paramilitares que golpean a los estudiantes en los campus de Estados Unidos, Francia y Alemania? Parece que vivimos una ucronía, una historia alternativa, pues es inconcebible asimilarla como la real. La verdad en política es una historia que contiene falsedades, odio y resentimiento hasta que estalla aun cuando los pusilánimes que legitiman el evidente fanatismo, no se atrevan a contar la verdad.    

            Aplaudo a los estudiantes que, sin hostilidad y sin permitir que la costumbre pueda más que ellos, se unan, sin condescendencia alguna, a ese grito desesperado del ¡ya basta!: empresa que para muchos es una locura, a la que yo añadiría que es “como la locura de pretender sofocar un fuego con la humedad de un beso”. Gracias, muchachos, ustedes son la savia de nuestro futuro, de mejores tiempos por venir, son esa intensidad feroz que no reconoce autoridad, excepto la más alta verdad. 

POR DIEGO LATORRE LÓPEZ

@DIEGOLGPN

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