El humanismo resuena mucho en la actualidad. Aparece frecuentemente en los discursos políticos de la Cuarta Transformación, tanto que a veces uno se pregunta por su significado más allá de ser una mera herramienta retórica. Según palabras del presidente Andrés Manuel López Obrador: “ El humanismo mexicano se nutre de ideas universales; sin embargo, lo esencial de nuestro proyecto proviene de nuestra grandeza cultural milenaria y de nuestra excepcional y fecunda historia política”.
Así, se presenta como un proyecto inserto en una conciencia histórica, más que como una doctrina. Parte de una premisa antigua centrada en la importancia de lo humano dentro de los proyectos políticos, generando una política basada en determinados valores cívicos y culturales, en beneficio del pueblo.
La historia desempeña un papel importante dentro del humanismo mexicano, pues se convierte en la legitimadora de este modelo. Sin el pasado milenario que abarca distintas épocas, no sería posible concretarlo. No es extraño que el presidente, de vez en cuando, cite a ciertos personajes históricos o incluso a agrupaciones, como lo fue el caso de los franciscanos y su 'pobreza franciscana'. El humanismo llegó al territorio con la Nueva España.
Ahora se ha convertido en proyecto y lema. Actualmente, cualquier candidato de Morena utiliza el término de manera genérica. Todas las obras que promueven están acompañadas de humanismo. Toda iniciativa parece llevar el sello del humanismo, como si fuera un talismán que garantiza automáticamente la bondad y la justicia de sus propuestas.
No es mi objetivo criticar el uso de esta frase, dado que es cierto que existen varios tipos de humanismos en el país. En 2014, por ejemplo, existió un Partido Humanista en México, que perdió su registro en 2015, pero en su nombre se reflejaba la idea de hablar de humanistas, no de políticos. Este es el ejemplo más reciente que puedo recordar donde el humanismo fue utilizado como estandarte de un partido político.
¿Cuáles son los principios y las acciones concretas que definen este humanismo mexicano? La búsqueda de una respuesta se encuentra en el mismo espacio de experiencia que ha sido vivir en este gobierno. Cada uno decidirá. Un proyecto que, según sus promotores, hunde sus raíces en la vasta historia de México, nutriéndose de las ideas y valores que han forjado la identidad nacional a lo largo de los siglos.
Sin embargo, más allá de la retórica que gusta y los constantes guiños al pasado, cabe preguntarse si este humanismo es realmente un proyecto sólido y coherente, o simplemente un recurso discursivo vacío de contenido.
POR IGNACIO ANAYA
COLABORADOR
@Ignaciominj
MAAZ