COLUMNA INVITADA

¿Para qué sirven los debates?

Son herramientas de transparencia que permiten evaluar candidatos en igualdad de condiciones

OPINIÓN

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Carlos A. Rochín Álvarez / Columna Invitada /Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Los debates entre quienes se postulan a un cargo de elección popular son eventos cruciales en el proceso democrático de cualquier nación. Son una excelente plataforma para plantear y contrastar propuestas, pero también el escaparate ideal en donde candidatos y candidatas revelan su capacidad para reaccionar ante la presión y los ataques de sus oponentes (y generar los propios).

Especialmente en estos tiempos se discute la importancia de los debates en términos de qué tanto pueden influir en la voluntad de los votantes. Tal vez el debate en sí mismo no tenga tal alcance, pero puede abrir un abanico de posibilidades para el o la candidata que los sepa capitalizar. En palabras de analistas políticos: el debate puede generar momentum para los candidatos.

En México, los debates electorales son un fenómeno reciente. El primer debate presidencial televisado se llevó a cabo en 1994. Desde entonces, se han convertido en una práctica regular en las campañas electorales, no sólo las presidenciales, consolidándose como una herramienta importante para la democracia y la transparencia electoral.

Los debates tienen múltiples funciones. En primer lugar, son herramientas de transparencia que permiten evaluar candidatos en igualdad de condiciones. Este ejercicio es fundamental para la salud democrática, pues brinda a los votantes la oportunidad de comparar directamente las propuestas y habilidades.

Otro aspecto fundamental es la presentación de propuestas; sin embargo, los debates no se limitan a eso, porque un componente, igualmente vital, es el contraste de visiones y la capacidad de los candidatos para reaccionar bajo presión. Durante un debate, los candidatos y candidatas son desafiados por sus oponentes y, al menos en teoría, por los moderadores, lo que puede revelar su temperamento, resiliencia y capacidad de liderazgo en situaciones de alta tensión.

Ver al candidato o candidata de cuerpo completo ante estas circunstancias es relevante, pues, ante un eventual ejercicio de gobierno, podemos predecir su carácter y habilidades para enfrentar una crisis, negociar con adversarios políticos y tomar decisiones rápidas y acertadas en beneficio del país. 

En México, con algunas excepciones, no hemos logrado atinar al formato adecuado que nos permita superar el debate rígido y acartonado, en el que los candidatos usan sus tiempos para leer mensajes y lanzar ataques prefabricados, bajo la complacencia de moderadores que fomentan poco la discusión.

En cualquier caso, seguir perfeccionando los debates electorales en México es esencial para fortalecer la democracia. Aún con el riesgo de privilegiar la función mediática sobre la esencia misma del debate, estos eventos permiten a muchos votantes tomar una decisión mejor informada, además de que promueven la transparencia y la rendición de cuentas. 

En un país como el nuestro, los debates representan un paso hacia una mayor apertura y participación. Sigamos avanzando por ese camino y exijamos más y más debates entre nuestros candidatos y candidatas hasta que sea un factor decisivo en los resultados electorales. 

POR CARLOS A. ROCHÍN ÁLVAREZ

@CARLOS_ROCHIN

PRESIDENTE DEL CAPÍTULO BAJA CALIFORNIA SUR DE LA BARRA MEXICANA

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