A unos días de definir quién será el o la candidata que encabezará el gobierno de este país, el futuro de la Conade se mantiene en el centro del debate y la especulación.
La especulación gira en torno a si habrá continuidad, o una verdadera transformación, considerando las múltiples críticas sobre las gestiones pasadas encabezadas por exdeportistas y la percepción negativa generada entre la ciudadanía contra el máximo órgano rector del deporte en México.
Diferentes personalidades han expresado su interés en dirigir a la Conade, como Moisés Muñoz, quien se autopromueve para dirigir la oficina más importante del deporte nacional, sin experiencia administrativa.
El pasado de escándalos ha generado una percepción negativa generalizada de la sociedad mexicana hacia las autoridades gubernamentales que han encabezado el deporte durante las últimas décadas. Hasta ahora, esto es lo que se vislumbra en el horizonte del deporte nacional, a corto plazo.
Es importante abordar el papel que han tenido como servidores públicos exdeportistas dirigiendo a la Conade. Estos nombramientos no han resultado en una gestión efectiva, debido a la falta de experiencia, pericia política y conocimiento técnico en la gestión pública. Este patrón se ha repetido con varios directivos que, a pesar de sus exitosas carreras, no han logrado traducir ese éxito en una administración efectiva y reconocida.
Un aspecto que a menudo se pasa por alto al hablar de la Conade y sus dirigentes es la importancia de la comunicación que debe prevalecer con la SEP. Esta relación debe ser el eje principal para trabajar en conjunto y alcanzar los objetivos. No olvidemos que la Conade es un organismo descentralizado, con la SEP como cabeza de sector. Esta situación será una importante área de oportunidad dentro del siguiente sexenio.
Si se busca que el deporte funcione, e impacte de manera interseccional, la Conade debe dejar de pertenecer únicamente al sector educativo y pasar a formar parte de varios sectores como el de la salud o la seguridad pública. Es por eso que se debe pensar en un perfil con experiencia en la administración pública, con capacidad de negociación, diálogo y apertura.
La gestión de la Conade durante los últimos sexenios ha sido objeto de un severo escrutinio público. Los conflictos con las federaciones han sido una constante. En este contexto, la elección de quien la dirigirá en el próximo sexenio se vuelve crucial para el futuro del deporte en México.
La discusión sobre la continuidad o transformación en su dirección no es una cuestión de política interna; es un debate que tiene implicaciones profundas para el desarrollo del deporte en nuestro país y la posibilidad de que los atletas compitan en igualdad de condiciones en el escenario internacional.
La Conade coordina y supervisa el sistema deportivo nacional, demandando experiencia en la gestión de recursos públicos, formulación de políticas deportivas, y coordinación con diversas entidades gubernamentales y organizaciones deportivas. El hecho de haber sido un destacado deportista no garantiza una gestión exitosa.
La próxima administración tendrá en sus manos la oportunidad de transformar a la Conade y, con ello, el futuro del deporte en México.
POR FRANCISCO VALLEJO GIL
LICENCIADO EN DERECHO Y EXPERTO EN COMUNICACIÓN ESTRATÉGICA
@FVALLEJOGIL
MAAZ