APUNTES DE GUERRA

Llegó la hora

Ahora ya nos toca a nosotros, los ciudadanos. Algunos con entusiasmo, otros con reservas, elegirán a quienes crean mejores

OPINIÓN

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Gabriel Guerra / Apuntes de Guerra / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Aunque no lo crean, queridos lectores, está a punto de terminar el proceso electoral más largo del que tengo memoria. Entre fintas, simulaciones, procesos internos, precampañas y campañas, los ciudadanos llegaremos saturados a la cita con las urnas.

Además de eternas, las campañas han sido particularmente negativas, no solo en lo que hacen y dicen aspirantes y partidos, sino también en lo que han hecho sus aliados y voceros en medios de comunicación y redes sociales. Unos encubiertos, otros descarados, muchos en el anonimato que brindan las redes, han elogiado, atacado, mentido, tergiversado, ofendido, agraviado, exagerado: en resumen, han pervertido el proceso.

Pero en medio del lodazal es posible, mal que bien, vislumbrar un poco de lo que cada una de las candidaturas plantea. Quien haya querido hacerlo puede hoy votar con emoción, ilusión o revulsión, y con información.

Los últimos seis años han sido de cambios y sacudidas, de confrontaciones retóricas y excesos verbales. Hay quienes piensan que el ambiente de polarización y encono que vivimos se deben exclusivamente a la conducta del presidente de la república. Del otro lado, hay quienes ven que la oposición y las campañas de desinformación y fake news son las culpables.

La valoración de resultados muestra esos desfases: la aprobación presidencial es alta, pero constante. Si quitamos los años atípicos de la pandemia tenemos pocas variaciones, aunque es interesante ver cómo el presidente está mucho mejor evaluado que los resultados de su gobierno.

¿Una paradoja? Sí, pero también una muestra de que la opinión pública entiende de matices y tamices. Juzgan a la burocracia, pero valoran al individuo, a lo que perciben como su congruencia y honestidad, no contaminadas por los numerosos fallos y escándalos de su administración.

El oficialismo se planta como continuidad, pero su candidata insinúa, asaz discretamente, sus diferencias con el modelo. Es un balance delicado que hasta el momento ha logrado mantener.

De las oposiciones se ha hablado mucho. Tuvieron seis años para construir un proyecto alternativo de nación, uno que convocara lo mismo a sus leales de 2018 que a nuevos adeptos, surgidos de entre los desencantados del gobierno actual o de los nuevos, jóvenes, votantes. Pronto sabremos si su enfoque fue el acertado, y si la continuidad de sus liderazgos ayudó o perjudicó a su candidata a la presidencia, de un perfil ciertamente atípico y diferente.

La tercera vía, por llamarla de alguna manera, le apuesta a la informalidad, a un espíritu juvenil y jocoso que se vio interrumpido por la tragedia la semana pasada. Aún así, ésta podría ser la campaña en que canciones y memes compitan -con o sin éxito- contra las campañas tradicionales.

Ahora ya nos toca a nosotros, los ciudadanos. Algunos con entusiasmo, otros con reservas, unos más tapándose la nariz, elegirán a quienes crean mejores.

Votar de manera serena e informada, respetando a quien vote (y opine) distinto, aceptando los resultados, como parte de esta democracia que tanto nos necesita hoy y siempre.

POR GABRIEL GUERRA CASTELLANOS

GGUERRA@GCYA.NET  

@GABRIELGUERRAC

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