COLUMNA INVITADA

Marea Rosa: Al Rescate de la República

Utilizó cuantiosos recursos públicos del Estado para atacar a quien él considera sus adversarios

OPINIÓN

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Jorge Romero Herrera / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hace seis años, después de décadas de activismo político y una campaña permanente, el actual titular del Ejecutivo accedió al poder. Su trayectoria política se realizó a la sombra de financiamientos de origen nunca esclarecido, como lo documentó Elena Chávez en “El Rey del Cash”.

Por cuanto, a sus propuestas, estas tuvieron como base la generación de un discurso de resentimiento y de odio hacia las instituciones. Alienó a estamentos tan importantes como el Ejército y procedió a inundar el imaginario con frases ingeniosas, medias verdades, diagnósticos errados, apelando siempre a la división de la población. Una de las consecuencias de su sistemático chantaje político fue una reforma política confeccionada en varios de sus apartados, para darle gusto.

Con todo, su triunfo electoral en 2018 fue rotundo y nadie puso en duda su legalidad. Asumió la Presidencia con una cauda de expectativas y promesas ocurrentes y difíciles de cumplir: detener la violencia desde el primer día de su gobierno, bajar la gasolina a 10 pesos el litro, regresar al Ejército a sus cuarteles, prodigar abrazos a la delincuencia, financiar la política social con recursos provenientes de los ahorros por combate a la corrupción, erradicar las asignaciones de obra y contratos directos, entre muchas otras.

También tuvo mayoría en las dos Cámaras y en el primer trienio estuvo muy cerca de contar con mayoría calificada para reformar la Constitución. Ejerció de manera omnímoda el poder. Nulo diálogo con la oposición, pero sí con grupos radicados en Badiraguato, sede del cártel de Sinaloa, como bien lo recordó Xóchitl Gálvez en el tercer debate.

Su estilo antidemocrático y autoritario se hizo evidente incluso desde la transición. A partir del primer día de gobierno y por espacio de casi seis años utilizó los cuantiosos recursos públicos del Estado para atacar a quien él considera sus adversarios infringiendo sus deberes constitucionales de imparcialidad y neutralidad. Cegado por su obsesión totalitarista su gobierno naufragó entre ocurrencias, caprichos y corruptelas de dimensiones aún no cuantificadas.

La debacle, el autoritarismo y la ineficacia, fue sin duda lo que movió a más de un millón de mexicanas y mexicanos para darse cita en más de 120 ciudades en la concentración de la “Marea Rosa”.

A pesar del hostigamiento constante del gobierno e incluso la instalación de un muy sospechoso campamento de la Coordinadora de Trabajadores de la Educación, la declaración de una “contingencia” ambiental, la inédita expresión de la presidenta del INE sobre el color de la indumentaria de los ciudadanos, el amago de volver a secuestrar la bandera nacional por parte del Presidente, miles de familias enteras, jóvenes, padres de familia, gente de todas las generaciones, acudieron de manera espontánea a las plazas públicas. Fueron concentraciones en donde la nota constante fue la sublimación de coraje y enojo por alegría y entusiasmo.

Las expresiones fueron orgánicas, “¡Fuera Morena!”, “¡Xóchitl, presidenta!”, “¡Jefe de Gobierno!”, miles de pancartas y cartulinas rotuladas a mano exigiendo respeto a las instituciones y a la democracia.

El oficialismo ha pretendido censurar a la “Marea Rosa” diciendo que finalmente se demostró que son un movimiento partidista, al permitir la participación tanto de Xóchitl Gálvez como de Santiago Taboada como oradores principales en el mitin. La respuesta al reproche de quien ha confundido gobierno con partido en los últimos cinco años y medio es muy sencilla: las marchas previas de la “Marea Rosa” fueron para defender a las instituciones de la transición y los derechos fundamentales conquistados en los últimos 50 años.

Nada hay de contradictorio en pedir y permitir que los candidatos más importantes, postulados para sendos cargos de elección popular por cientos de miles de ciudadanos y por el Frente Fuerza y Corazón por México, ya que se han comprometido en sus correspondientes plataformas a defender, blindar y hacer avanzar a la transición.

La marcha del 19 de mayo, de nueva cuenta, superó con mucho las expectativas. Lo anterior implicó un domingo rotundo para Xóchitl, quien además ganó el tercer debate presidencial, tanto por la pertinencia como por la claridad de sus propuestas, así como por los señalamientos hechos hacia la candidata oficial que no tuvo más remedio que pretender guarecerse en el silencio confundiendo el debate con una oficina del ministerio público.

Lo ocurrido el pasado domingo, nos recuerda momentos históricos que se volvieron hitos y preludios del triunfo electoral, como la cadena humana de Fox en avenida de los Insurgentes y el acto de campaña de Felipe Calderón en los últimos días de su campaña en el Estadio Azteca.

Felicidades a todas y todos los participantes en la concentración de la “Marea Rosa”. Este es un capítulo brillante y esperanzador de la historia de la nación que nos hace tener la certeza de que vamos a ganar. A seguir adelante, les decimos a todos los candidatos. El esfuerzo en todos los órdenes es enorme, pero está en juego la democracia. Esa es nuestra principal motivación y fuente de energía. ¡Vamos por el triunfo!

POR JORGE ROMERO HERRERA

Coordinador del GPPAN y presidente de la Jucopo

@JorgeRoHe

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