La interconexión del agua y la energía está presente en el sector energético; según el World Energy Outlook 2016 de la Agencia Internacional de la Energía (IEA) esta interdependencia se irá intensificando cada vez más con implicaciones profundas para la seguridad energética e hídrica, de acuerdo con la demanda y limitaciones que enfrentan estos recursos en muchas regiones derivado del crecimiento económico, demográfico y el cambio climático.
Dicho informe, desde aquel entonces, previó que hacia 2040 la cantidad de energía utilizada en el sector agua se duplicará, principalmente por proyectos de desalinización que representarán el 20% de la demanda de electricidad; así como por los proyectos de transferencia de agua y la creciente demanda de tratamiento de aguas residuales.
La AIE, por otro lado, también señala que el sector energético tendrá más sed en las próximas décadas, precisando que el agua es vital para casi toda la cadena de valor de la producción y suministro de energía, desde la generación de electricidad, producción de combustibles fósiles y el cultivo de biocombustibles.
Proyectando que el consumo de agua relacionado con la energía aumentará casi un 60% hacia 2040; y al mismo tiempo, precisando que las tecnologías de energías renovables como la fotovoltaica y eólica requieren muy poca agua.
En la actualidad la AIE ante el cambio climático que aumentará la crisis del agua, exponiendo a casi dos tercios de la población del planeta a experimentar una grave escasez del vital líquido durante al menos un mes cada año; y con un cambio climático que reducirá los flujos de agua, plantea como una alternativa de solución a las energías limpias.
En el Escenario de Emisiones Netas Cero para 2050, las extracciones de agua en el sector energético disminuyen 20 mil millones de metros cúbicos (bcm) para 2030; las mayores reducciones se registran en el sector eléctrico, disminuyendo las extracciones en 15% a medida que es desplazado el carbón en la generación de energía por las tecnologías fotovoltaica y eólica; además precisa que una mayor eficiencia energética desempeña un papel importante en la reducción del volumen de agua necesario para satisfacer la demanda energética global.
Sobre esto último, en momentos definitorios para la presentación de soluciones en el ámbito energético de México, cabe destacar el trabajo científico de la Dra. Claudia Sheinbaum, candidata presidencial, sobre eficiencia energética, en colaboración con Rafael Friedmann, titulado Mexican Electric End-Use Efficiency: Experiences to Date, Annu. Rev. Energy Environ 1998.
En este documento científico se revisan los programas de eficiencia energética del gobierno mexicano, resaltando la importancia de crear conciencia sobre sus beneficios, cuyos esfuerzos deben ser multifacéticos y flexibles con la inclusión del sector privado y el papel importante que juega el gobierno en su fomento y desarrollo, garantizando la igualdad de condiciones para todas las fuentes de energía.
POR MANUEL RODRÍGUEZ GONZÁLEZ
DIPUTADO FEDERAL
PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ENERGÍA
DE LA LXV LEGISLATURA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN
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