LA REBELIÓN GEOPOLÍTICA

El Viejo Nuevo Colonialismo en Níger

La reciente noticia sobre las preocupaciones de Estados Unidos por una posible

OPINIÓN

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Talya Iscan / La rebelión geopolítica / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La reciente noticia sobre las preocupaciones de Estados Unidos por una posible "mala interpretación" en Níger en presencia de combatientes rusos resalta un episodio más en la larga saga de intervencionismo en África, según los medios occidentales. 

Este temor no sólo revela las tensiones geopolíticas en aumento entre grandes potencias, sino que también subraya una hipocresía arraigada en la política exterior estadounidense: la defensa de la democracia y la autodeterminación parece desvanecerse cuando entran en juego intereses estratégicos en territorios ricos en recursos.

Níger, un país que aún arrastra las cicatrices del colonialismo francés, ha sido escenario de múltiples intervenciones extranjeras. Francia, su antigua metrópoli colonial, ha mantenido una presencia militar constante en la región bajo la premisa de combatir el terrorismo y asegurar sus intereses en uranio, crucial para su programa nuclear. 

Ahora, con el creciente interés de Rusia en África, Estados Unidos muestra una inquietud que va más allá de la simple prevención del terrorismo, apuntando a una lucha por la influencia en un continente estratégicamente vital.

Esta situación es paradigmática del "Gran Juego" moderno como la teoría del corazón continental indica, donde potencias extranjeras, incluidos China y Rusia, compiten por un dominio económico y político que los países africanos, como Níger, luchan por contrarrestar en busca de una verdadera soberanía.

A pesar de la retórica de apoyo a la independencia y el desarrollo, las acciones de potencias como Estados Unidos a menudo sugieren un enfoque más centrado en la geopolítica que en el bienestar de las naciones africanas.

La intervención de Estados Unidos en África, marcada por bases militares y alianzas con regímenes de dudosa reputación democrática, refleja esta dualidad. Mientras Washington proclama su compromiso con la lucha contra el extremismo, sus estrategias parecen diseñadas para contrarrestar a otros competidores globales más que para resolver los problemas subyacentes de la región.

En última instancia, la situación en Níger es un microcosmo de una dinámica más amplia que afecta a todo el continente africano, donde la promesa de autodeterminación y desarrollo sigue siendo eludida por la realidad del juego geopolítico. Es esencial que los analistas y la comunidad internacional reconozcan y aborden estas incongruencias para ayudar a África a trazar su propio camino, libre de la sombra omnipresente del neocolonialismo.

POR TALYA ISCAN

CATEDRÁTICA UNIVERSITARIA FCPyS (UNAM) / UP

@TALYAISCAN

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