Rafah, que colinda con Egipto, era la última puerta importante de entrada de ayuda humanitaria y refugio para los gazatíes, pero fue tomada por el Ejército de Israel, que argumenta que ahí se encuentra el último bastión del movimiento palestino Hamas y donde cree pueden estar los secuestrados israelíes.
De nada o poco sirvieron los esfuerzos de Occidente, encabezados por Estados Unidos, para tratar de detener esa ofensiva. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, hace siete meses que no escucha a nadie, él avanza con su poderío militar por encima del tibio reclamo y contemplación de Washington.
Ubicada en la parte sur de la Franja y con unos 55 kilómetros cuadrados de superficie, esta localidad representaba el acceso y salida de Gaza, que no estaba controlado por Israel, y ha sido durante décadas un punto de llegada de asistencia y una puerta de salida para enfermos, heridos y viajeros.
De hecho, cuando comenzó este nuevo brote bélico, varios mexicanos fueron evacuados desde Rafah hacia Egipto, es un territorio que le da oxígeno a esta bomba de tiempo que está a punto de estallar y alcanzar a todo el mundo.
Tras el inicio de la guerra –detonada por el ataque sorpresa que lanzó Hamas contra Israel el 7 de octubre en el que murieron 1,200 personas y unas 240 fueron tomadas como rehenes, según las autoridades israelíes– Rafah se convirtió en el último refugio de más de un millón de palestinos, que han sido desplazados de sus ciudades debido a los bombardeos y la incursión terrestre de Israel.
El hambre catastrófica, especialmente en el norte de Gaza, avanza de manera alarmante. La misma jefa de alimentación de la ONU, Cindy McCain, advierte de una "hambruna en toda regla", lo alarmante es que esa crisis apenas comienza, no ha llegado a su clímax.
También hay una preocupación muy válida para la OMS por el hecho de que el cierre del paso fronterizo entre Egipto y Gaza tendrá un gran impacto en el rubro de la salud. En esa zona todos los días hay heridos y muertos.
En realidad, quienes están muriendo son los civiles palestinos por la cerrazón de unos y de otros, lo más lamentable son las mujeres, niñas y niños. Esta nueva ofensiva con la que Israel quiere acabar de desbaratar a Hamas pone en riesgo a unos 600 mil infantes que, de entrada, están al borde de la hambruna.
Hoy Israel controla todos los accesos terrestres, marítimos y aéreos a Gaza, por lo que ahora no tienen otra más que sentarse a negociar una tregua, de lo contrario representaría develar el genocidio palestino, por eso el Ejército israelí reabrió el paso de Kerem Shalom, para permitir el ingreso de ayuda humanitaria a cuentagotas.
No hay que perder de vista un tema, que los jóvenes en los campus universitarios de casi todo el mundo son los que han levantado la mano para mostrar su rechazo a la ofensiva israelí en Gaza, no se trata de antisemitismo, sino de que se frene la matanza de civiles que mueren por los intereses de sus gobernantes, que lo que realmente defienden son sus intereses.
POR ISRAEL LÓPEZ GUTIÉRREZ
COLABORADOR
ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
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