LA ENCERRONA

PISA, siempre sí

“Es una prueba neoliberal” López Obrador

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) es un proyecto configurado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) que consiste en una muestra representativa entre los alumnos que llegan al final de su etapa escolar obligatoria (aproximadamente 15 años) para evaluar de manera estandarizada el desarrollo de los estudiantes en las áreas de lectura, matemáticas y competencia científica y sus resultados podrán incidir en la toma de decisiones para la implementación de políticas públicas educativas que más convengan  a los países participantes.

El objetivo de la prueba es evaluar a las y los estudiantes de cada país y, por ende, al sistema educativo de cada una de las naciones, es decir, su plan de estudios en cada una de las materias a evaluar, identificar si la implementación de los programas de estudio cambian dependiendo de la región, del aprovechamiento en los distintos estratos socioeconómicos, entre otros estudios. Pues el muestreo estandarizado permite observar situaciones en parámetros perfectamente limitados y poder emitir conclusiones generales acerca de un problema. 

Para nuestro país, dicha estandarización se volvió estigma, ya que ahora pareciera ser una cuestión geográfica cuando se refiere a que “los mexicanos somos en matemáticas”, cuando dicha prueba no podría concluir en esa aseveración.

Al contrario, la prueba PISA es precisamente para calibrar los programas educativos y poder enfatizar en distintos aprendizajes y demostrar que, en efecto, hay diferencias de aprovechamiento (por cuestiones multifactoriales y contextuales) en las regiones o, que las alumnas habitualmente obtienen mejores resultados y que, aunque también se suponga como aseveración, la diferencia en los resultados entre una institución privada y una pública, son mínimas.

La relación de la prueba PISA y nuestro país es muy estrecha, pues desde el comienzo del testeo en el año 2000, México ha participado en todas sus ediciones, siendo la del 2022 la peor evaluación obtenida por las y los alumnos de nuestro país, colocándose en el antepenúltimo lugar de las naciones pertenecientes a la OCDE y en el lugar 51 de 81 de los países evaluados, significando un retroceso en el sistema educativo de casi 20 años.

Es evidente que el periodo de confinamiento provocado por la Covid-19 afectó a toda la comunidad educativa y los resultados “eran de suponerse”.

Lo que también era de suponerse fue la descalificación de la prueba PISA por parte del presidente de México, señalando que “organismos como la OCDE querían impulsar la enseñanza educativa para desaparecer la educación pública, degradándola” y por supuesto, que PISA “es una prueba neoliberal”. Nada que nos sorprenda.

Por lo que todo parecía indicar que México, no participaría en su edición de 2025 debido al retraso en el envío de la documentación pertinente, sin embargo, lo que sí sorprendió fue la postura de López Obrador, diciendo que nuestro país “sí participará, sin problema, todo lo que tenga que ver con la educación se apoya…”, comentó en la mañanera.

¿El presidente se habrá dado cuenta que esta prueba permite poner en relieve los aciertos y falencias de nuestros programas educativos, también nos da acceso a las buenas prácticas de otros países y, con esto, la posibilidad de elevar los aprendizajes de todas y todos los estudiantes mexicanos? ¿O simplemente será que ya no le interesa, puesto que ya no será en su mandato? Ahora tendremos que esperar a que la próxima presidenta acepte los resultados con raciocinio y mejore la educación en México.

POR ADRIANA SARUR

COLABORADORA

ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM 

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