HORIZONTE GLOBAL

La carrera energética, México: ¿libre o tortuga?

Nuestro país muestra una sorprendente lentitud. La transición energética se presenta como un tema marginal por los candidatos presidenciales

OPINIÓN

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Isabel Studer / Horizonte Global / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El mundo está enfrentando una transición vertiginosa a las energías limpias y México se rezaga frente a otras economías emergentes que están asumiendo un liderazgo en la lucha contra la emergencia climática y la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles. 

El liderazgo de China en la producción de energía solar, eólica y electromovilidad, y su dominio en las cadenas de suministro, así como sus generosos subsidios y beneficios fiscales para fabricantes y consumidores, ha permitido reducir los costos y mejorar la accesibilidad de estas tecnologías a nivel global. 

Ha provocado la acción de otras economías emergentes. India lanzó la Alianza Solar Internacional para movilizar una inversión masiva en tecnología solar y reducir la dependencia de las importaciones de carbón. Está modernizando su red eléctrica e infraestructura de almacenamiento de energía para mejorar la eficiencia y la integración de las renovables.

Además, proporciona incentivos para la producción y promoción de vehículos eléctricos para convertir gran parte de su parque automotor en eléctrico al 2030, e invierte en infraestructura de carga y en incentivos para fabricantes y consumidores.

Brasil es líder en la producción de bioenergía y energía hidroeléctrica, aprovechando su abundante biomasa y recursos hídricos y está expandiendo su capacidad en energía eólica y solar, con incentivos fiscales y líneas de financiamiento especiales para proyectos de energías renovables.

Ha sido pionero en el uso de vehículos flex-fuel, que pueden operar con etanol y gasolina, lo que reduce la dependencia del petróleo importado. Ciudades como São Paulo y Río de Janeiro están integrando autobuses eléctricos y están estableciendo infraestructura de recarga.

Turquía está desarrollando la energía geotérmica, además de expandir rápidamente su capacidad en energía solar y eólica, estableciendo tarifas de alimentación atractivas y garantías de compra a largo plazo para estimular el crecimiento de las renovables. 

Y también lanzó una iniciativa nacional para la producción de un automóvil eléctrico local, TOGG, que ya es líder en las ventas de estos vehículos. Y ofrece exenciones de impuestos y amplia construcción de infraestructura de carga en toda la nación.

Mientras tanto, México, siendo la duodécima economía mundial, muestra una sorprendente lentitud. La transición energética se presenta erróneamente como un tema marginal por los candidatos presidenciales, desvinculada del crecimiento económico y de la lucha contra la pobreza y desigualdad. 

La alta deuda de Pemex y nuestra dependencia de las importaciones de gas plantean un dilema: invertir en una industria en declive o apostar por el futuro.

La urgencia de la crisis climática demanda una respuesta inmediata y no permite enfoques graduales ni la falta de una visión estratégica para el 2030.

POR ISABEL STUDER

DIRECTORA, ALIANZA UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA-MÉXICO

ISABEL.STUDER@SOSTENIBILIDADGLOBAL.ORG

@ISASTUDER

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