En el vasto laberinto digital, las niñas, niños y adolescentes navegan cada vez con mayor frecuencia. Desde los videojuegos en línea hasta las redes sociales, el ciberespacio se ha convertido en un lugar donde las y los menores exploran, aprenden y se conectan. Sin embargo, detrás de esta fascinante red de posibilidades se esconde un desafío crucial: la protección de datos personales.
En el marco de la celebración del Día de las Niñas y los Niños, el Instituto Federal de Telecomunicaciones emitió el Informe Especial Audiencias Infantiles 2023, el cual analizó el consumo de contenidos digitales por audiencias infantiles, donde el 82% de entre 7 y 11 años declaró usar Internet y el 69% alguna red social. Asimismo, alertó sobre el crecimiento en el uso de redes sociales por menores de edad, pues pasó del 39% en 2017 a un 69% en 2022.
En la Era digital, los datos son el nuevo oro y las infancias-adolescencias se han convertido en el principal objetivo para los depredadores digitales y las empresas ávidas de información, lo cual les pone en una situación de importante riesgo respecto a abusos en línea o la comisión de delitos cibernéticos.
Los peligros de Internet respecto a menores quedaron demostrados ante audiencia pública en el Senado estadounidense a principios de este año. Mark Zuckerberg, Shou Zi Chew y otros CEO de plataformas digitales fueron acusados de no hacer lo suficiente por limitar los riesgos de estas plataformas, ni de los depredadores sexuales o la prevención del suicidio adolescente. Lo anterior ameritó que el fundador de Meta ofreciera disculpas públicas a las familias de las víctimas presentes en la sala.
De la misma manera, las plataformas digitales han estado bajo constantes investigaciones por la Unión Europea. El año pasado TikTok fue multado por 370 millones de dólares por tener una muy débil protección de la información personal, no transparentar sobre el uso de los datos personales y por utilizar “patrones oscuros”, una técnica que provoca que usuarios acepten mayor intrusión a su privacidad. Y recientemente, se abrió una investigación contra TikTok por un diseño adictivo que provoca cambios conductuales y riesgos al bienestar físico y mental de las y los menores.
Ante este panorama, es crucial fortalecer la educación digital, concientizar sobre la privacidad en redes sociales y fomentar la denuncia de comportamientos inapropiados. Las plataformas y empresas tecnológicas también deben desempeñar un papel activo que incorpore medidas de privacidad específicas para menores, políticas claras y controles parentales efectivos para supervisar y controlar su actividad en línea.
Finalmente, proteger la privacidad de las personas menores de edad requiere un enfoque que incluya acompañamiento digital, empatía, comunicación efectiva, alfabetización digital y que se aleje de una visión adultocéntrica. Todo ello en aras de garantizar un futuro digital seguro y pleno para las generaciones venideras.
POR ARÍSTIDES RODRIGO GUERRERO GARCÍA, COMISIONADO PRESIDENTE DEL INFO CDMX
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