COLUMNA INVITADA

Tras el debate…

Como los textos pueden ser manipulados, es posible reconstruir el pasado con los propósitos del presente

OPINIÓN

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Diego Latorre / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

La campaña electoral de Xochitl Gálvez es una recreación de varias ideas vertidas en 1984 de Orwell, y es que esta novela ha sido premonitoria en muchos aspectos: Ya estamos aburridos de oír que las elecciones las gana quien controla el relato, que el poder es de quien consigue imponer su versión de lo que sucede; y así como esta novela propone incidir en el presente controlando el pasado, la oposición que impulsa a la Sra. X, hace suyo el lema: “Quien controla el pasado controla el futuro, y quien controla el presente controla el pasado”.

Quienes empoderaron a la del kigurumi, están reescribiendo noticias antiguas para borrar todo rastro de lo que no conviene que sea recordado y para ofrecer pruebas de que cuando “ellos” estuvieron a cargo del país, siempre acertaron con sus planteamientos y propuestas. 

Al releer a Orwell con la mirada puesta en la actualidad, sería difícil no concluir que su intención se quedó corta. ¿Qué no asistimos hoy a una batalla entre los que defienden versiones distintas de lo acontecido desde Carlos Salinas a Peña Nieto? ¿No ha visto o escuchado a las legiones de historiadores, periodistas, y políticos que proponen nuevas lecturas del pasado para que sea acorde con su visión del presente? Y peor aún, ¿no cree que haya fábricas de medias verdades y de viles mentiras para alimentar las redes sociales y distorsionar la información que recibimos a diario?

Como los textos pueden ser manipulados, es posible reconstruir el pasado de acuerdo con los propósitos del presente, que es lo único que tiene una existencia indudable, y así allanar el camino hacia el futuro deseado. 

El mismo Orwell en su artículo “La política y la lengua inglesa”, aparecido en 1946, dijo: “El lenguaje político está concebido para hacer que las mentiras suenen como verdades y para que el asesinato político parezca respetable…”.

Sea manipulando y reconstruyendo el pasado al servicio de la propia visión actual, sea distorsionando el lenguaje para que las palabras digan lo que se quiera que digan en cada momento, el cometido de la oposición que hoy está encampaña es, en realidad, imponer su versión de lo sucedido para que, asimismo puedan imponer lo que ha de suceder. 

¿Qué no es obvio cómo, en el lenguaje de las derechas, la palabra libertad se esgrime para defender el supuesto derecho de cada cual a hacer lo que le plazca, aunque perjudique o ponga en peligro a los demás? ¿No ve usted cómo se invoca la libertad para, incluso, eludir el pago de impuestos?

Orwell alertó de los peligros de este proceso hace más de setenta años, pero la pesadilla que concibió sirve para hacer visibles engranajes que están en pleno funcionamiento en la actualidad.

POR DIEGO LATORRE LÓPEZ

@DIEGOLGPN

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