MALOS MODOS

Todos unidos por la patria

En una semana aciaga, nuestro líder, hasta ayer el Segundo Presidente Más Popular del Mundo (SPMPDM)

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En una semana aciaga, nuestro líder, hasta ayer el Segundo Presidente Más Popular del Mundo (SPMPDM), se convirtió en el Tercer Presidente Más Popular del Mundo (TPMPDM), rebasado por –y al Doctor Patán le duele el alma nada más de pronunciar este nombre– Javier Milei, mientras que la policía ecuatoriana entró a nuestra embajada en Quito para llevarse a Jorge Glas, al que, dados sus antecedentes, no solo estábamos por darle asilo político, sino, me gusta pensar, un lugarcito en El Clan, que seguro hubiera sabido aprovechar su experiencia en el emprendedurismo revolucionario.

Con todo, el sol se asoma detrás de las lágrimas. Permítanme ponerme optimista y tantito coloquial. ¿Estuvo pinche lo de la embajada? Muy. Así y todo, hay cosas positivas que extraer de un episodio ciertamente lamentable. La más digna de mención, el “espíritu Juan Escutia” que se extendió rápidamente por el obradorismo.

Transido de dolor por la arrastrada que le pusieron los uniformados a nuestro encargado diplomático, el Doctor Patán se sirvió un whisky y se puso a leer las muestras de fervor patriótico que desató el ecuadorazo, más que nada en un afán de agarrar ánimo para la batalla que se viene.

Uf. Fue precioso. Se soltaron las venas poéticas por todos lados, con el ya célebre “Un soldado en cada hijo te dio” a la cabeza. Todo muy emotivo, y esto es apenas el inicio. Conforme crezca la tensión entre esos dos países, supongo, leeremos arrebatos del tipo “Las nubes llorarán sangre ecuatoriana”, “Me dirijo a defender la dignidad patria, con el águila y la serpiente tatuadas en el alma” y “Nuestro pueblo celebrará la victoria con una sonrisa tricolor”.

Lo más importante, sin embargo, es unirnos en torno a nuestro líder, urgido de sentir la energía de ese pueblo con el que, como mi Claudia, se ha hecho uno, para dejarse de pertenecer. Aquí es donde hay que aplicarse con la poesía, se entiende que en vena épica. “Moriré con tu nombre en los labios, Presidente Eterno”.

Una onda así. A lo que voy es: dejemos ya de ver al TPMPDM como eso, un mero presidente, y veámoslo como una figura casi mítica, un padre de pueblos, encabezando al México profundo en una gran marcha, el lábaro patrio en la mano, para encontrarse con su destino glorioso.

Ya que en este sexenio el nombre perdió muchas de sus connotaciones negativas, lo digo como va: veámoslo como una figura más musoliniana. Il Duce di Tepetitano.

Así, y llego con esto al punto, podremos celebrar cómo el TPMPDM se convierte no solo, otra vez, en el SPMPDM, sino, en una de esas, ¡bum!: rebasa por el acotamiento a Narendra Modi y se vuelve, por fin, en las –chequen nomás el término de aquí su Doctor– postrimerías del sexenio, cuando parecía perdida toda esperanza, el Primer Presidente Más Popular del Mundo.

Ave, PPMPDM, morituri te salutant.

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

MAAZ