DES... PROPÓSITOS

Haití, un país a la deriva

Haití es, sin duda, uno de los países más devastados del mundo. Por décadas, ya ha atravesado

OPINIÓN

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Agustín García Villa / Des... Propósitos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Haití es, sin duda, uno de los países más devastados del mundo. Por décadas, ya ha atravesado una las peores crisis de que se tenga memoria en nuestra historia contemporánea como protagonista de un gran descarrilamiento institucional que ha derivado en un gran caos en el que conviven gobiernos sin poder con grupos de mercenarios, agitadores religiosos y grupos gangsteriles que siembran terror y grandes miedos entre la población indefensa.

La República de Haití es un país de sólo 28 mil km cuadrados, con una población de alrededor de 11 millones de habitantes, localizada en la isla La Española donde comparte territorio hacia el este con la República Dominicana, limita al norte con el océano Atlántico y al suroeste con el mar Caribe. Haití fue la primera república negra del mundo y curiosamente, el primer país independiente de América Latina.

Después de haber vivido una dictadura de terror de más de 24 años (1957-1971), encabezada por Francois Duvalier, apodado como Papa Doc, a quién le sucedió en el gobierno su hijo “Baby Doc” derrocado en 1986, no ha podido consolidar un sistema de gobierno estable a pesar de los esfuerzos llevados a cabo de parte de la comunidad internacional como lo fue el proyecto denominado Minustah, auspiciado por la ONU de 2004 hasta 2017, y del cual formaron parte fuerzas militares de EU, Canadá y algunos países latinoamericanos como Brasil, Chile, Argentina y Uruguay.

La última elección celebrada en Haití se llevó a cabo en 2016, cuando fue electo Jovenel Moise, asesinado en julio de 2021. Dos días antes de su trágica muerte Moise nombró como primer ministro a un cercano colaborador, Ariel Henry, quién con el apoyo de EU permanecía como la máxima autoridad gubernamental. La gestión de Henry ha dejado mucho que desear al no poder restaurar el orden, combatir la corrupción y la pobreza, ni exterminar bandas en las últimas semanas han llevado a cabo, incluso, ataques e irrupciones a instalaciones públicas como el propio Palacio Nacional en la capital, Puerto Príncipe.

La crisis en Haití se ha recrudecido al no haber un gobierno en funciones: el primer ministro Henry, quién ya ha anunciado su dimisión, se encuentra impedido a regresar a Haití después de un viaje oficial en busca de ayuda en el extranjero. 

Como resultado, Haití puede ser catalogado como un estado fallido, con uno de los índices de pobreza y hambruna mas altos del mundo, con  crecientes índices de migración hacia países latinoamericanos y EU. 

Así, y pese a esfuerzos internacionales, en Haití no existe a la fecha un plan o proyecto que permita contemplar una solución institucional cercana.

Al igual que en otro país en crisis profunda, como Somalia en África, los jinetes del apocalipsis se asoman y amenazan extenderse a otras regiones del planeta, y deben ser rescatados mediante nuevos esfuerzos de solidaridad internacional.  

POR AGUSTÍN GARCÍA VILLA

ANALISTA POLÍTICO

MAAZ