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La nueva barrera entre México y Estados Unidos

El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha logrado incrementar la polémica sobre el tema migratorio entre México y Estados Unidos con la promoción en la Suprema Corte de Justicia de la Ley SB4

OPINIÓN

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Sofía Pacheco Niño de Rivera / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha logrado incrementar la polémica sobre el tema migratorio entre México y Estados Unidos con la promoción en la Suprema Corte de Justicia de la Ley SB4.

A Texas, estado con más de 10 millones de personas de origen mexicano y compuesto por 40% de personas hispanas, le preocupa que el número de migrantes siga en aumento y afecte la economía nacional. Hace años que republicanos y demócrata responsabilizan a la migración de los problemas que enfrenta su sociedad.

La Ley SB4 es una de las leyes antimigración más duras a nivel internacional. El trato que plantea para presuntos migrantes ilegales viola derechos humanos, y afecta incluso a personas de otras minorías que pudieran llegar a ser catalogadas como indocumentados por la policía en Texas. Incluye la figura de la deportación expedita, que violenta el proceso que ya de por si es inconstitucional, al saltarse las cortes de inmigración y no permitir la defensa a la que tiene derecho cualquier persona.

La SB4 retoma la construcción de un muro para la frontera de Texas con México, pide destinar recursos, más agentes locales, espacios en reclusorios para la detención previa a la deportación y que se ejerza una mayor recaudación de impuestos locales a cuestiones que normalmente serian responsabilidad del gobierno federal.

La cancillería mexicana ha criticado la esencia antihumana que tiene la normativa y advierte que la criminalización de migrantes solo generará un clima de polarización, discriminación racial y pondrá en riesgo las inversiones que empresas latinoamericanas realizan a nivel local.

Queda claro que uno de los ejes rectores de la agenda que traerán los siguientes presidentes en ambos países será la politización del fenómeno migratorio y la radicalización de medidas que traerán consigo un aumento en la tensión bilateral. Con el gobierno de Obama existían alrededor de 646 deportaciones por día. Si Trump llega este año de nuevo a la Casa Blanca, los números de Obama podrían ser rebasados y crear una vecindad más hostil con México.

Mientras se llevan a cabo las elecciones, Biden continuará insistiendo por una ley bipartidista que contempla restricciones al derecho de asilo, a cambio del apoyo republicano para seguir financiando a Ucrania e Israel. Los republicanos no han querido conceder a Biden el mérito de que sea bajo su gestión donde se apruebe dicho proyecto de ley.

Mientras se continue politizando el tema de la migración, los acuerdos reales que deben atender este fenómeno quedarán hundidos y ausentes.

*Secretaria Ejecutiva de la COPPPAL Juvenil

Por: SOFÍA PACHECO NIÑO DE RIVERA

ASOCIADA DEL PROGRAMA DE JÓVENES COMEXI

@Sofiapac

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