Hoy concluye el último periodo ordinario de sesiones de la LXV Legislatura del Congreso de la Unión sin que se haya tramitado la Iniciativa de reforma en materia de vivienda obrera, lo que hubiera empantanado a la próxima administración del Infonavit con una falsa salida.
Se abre así un paréntesis muy útil para seguir dialogando sobre una cuestión tan importante para el presente y futuro del país en tiempos propicios, además, ahora que se debaten las propuestas programáticas de las candidatas y del candidato presidenciales, donde se plantean ya algunas estrategias, programas y metas.
Así, mientras la Doctora Claudia Sheinbaum propone construir 75 mil viviendas anuales y la Ingeniera Xóchitl Gálvez habla de facilitar vivienda para los jóvenes, Máynez se enfoca en innovar los mecanismos de acceso. Asumiendo que se trata en todo caso de viviendas adecuadas, asequibles y de calidad, la pregunta es cómo lograr semejantes metas.
Lo primero que sería indispensable es elevar la eficiencia operativa del Infonavit, sanear la situación de su cartera, potenciar la colocación de vivienda recuperada y liquidar el inaceptable rezago en escrituración. No podemos aspirar a crecer sus operaciones en esa escala con semejantes lastres acumulados en décadas de actividad.
Luego entonces habría que adoptar dos medidas internas más que urgentes y dos herramientas externas necesarias.
Una, elevar los montos máximos de crédito, especialmente para la derechohabiencia que recibe menores ingresos, apalancado con un financiamiento complementario -a tasa cero pero amortizable-; la fortaleza financiera de la institución permite adoptar esta medida con plena solvencia.
Y dos, planificar, diseñar y poner en marcha la línea de adquisición de suelo para promover proyectos inmobiliarios estratégicos en ciudades altamente presionadas por el fenómeno de la relocalización de inversiones y por grandes obras de infraestructura pública, por ejemplo.
Estos esfuerzos no serían suficientes ni quizá eficaces, si el próximo gobierno no convoca a un Pacto por la Vivienda Obrera y Social que logre sumar a los ámbitos federal y estatal (y este, al municipal), así como a los actores sociales y privados relevantes en la cadena de valor de este bien, comprometiendo aportaciones, estímulos y acciones ejecutivas que eleven la oferta de vivienda a corto plazo.
Y que se emita incluso un Decreto de Emergencia -tal y como lo amerita la crisis habitacional que amenaza ya a las ciudades, la productividad y la cohesión social-, que incluya todas las medidas pertinentes de competencia federal.
Por ahí es que discurre la visión de El Infonavit Que Queremos las y los Trabajadores, formulada en consulta con las principales organizaciones sindicales del país los últimos meses, siempre en defensa de esta prestación laboral histórica y del ahorro acumulado en la subcuenta de su propiedad en abono a la mutualidad Infonavit. Estamos listos para dialogar.
Maestro Mario Macías Robles
@MarioMaciasRobl
Director Sectorial de los Trabajadores del Infonavit