Resulta increíble que, en medio de una aguda crisis de contaminación en el Nuevo León ciertos actores a nivel federal opten por hacerse de la vista gorda.
Lo menciono tras las recientes denuncias de la Secretaría de Medio Ambiente estatal, quien ha señalado a las industrias reguladas por la federación como las principales fuentes de contaminantes, un dato que, lejos de ser solo estadístico, es una llamada de atención sobre la urgencia de actuar.
Se advirtió que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), al mando de Hernando Guerrero Cázares, parece denostar este escenario crítico, limitándose a inspeccionar apenas 1 por ciento de dichas industrias en Nuevo León y olvidándose que justo es este estado el que más necesita de una inspección adecuada.
Entre las industrias que aparecen como responsables de este panorama destaca la Refinería de Cadereyta, identificada como la causante de 94 por ciento de las emisiones de dióxido de azufre (SO2) en la región.
La gravedad de esta situación se magnifica al considerar los efectos de este gas sobre la salud pública y el medio ambiente, vinculado a un incremento de 2.4 por ciento en el número diario de muertes según el Comité Ecológico Integral.
Ante esta realidad, la escasez de inspectores de la Profepa en el estado resulta no sólo preocupante, sino francamente inaceptable.
Con apenas nueve funcionarios encargados de la supervisión ambiental frente a los 27 disponibles en estados como Sonora o Tamaulipas, la capacidad de Nuevo León para afrontar este desafío se ve dramáticamente mermada.
El hecho de que 96 empresas hayan sido inspeccionadas en 2023, de un total cercano a las 10 mil, pone de manifiesto la profundidad del descuido y la necesidad de una acción inmediata y contundente.
En este sentido, tanto las autoridades ambientales del estado, como la misma población han insistido en la urgencia de una asignación de recursos suficientes, y la contratación de más personal para las inspecciones.
NUEVO SERVICIO
Grupo Xcaret, de Miguel Quintana Pali, da un paso adelante en su negocio marítimo y lanza una nueva ruta de ferry, de Playa del Carmen a Cozumel, que sin duda será de gran beneficio para residentes de Quintana Roo, y desde luego, para el cada vez más poderoso sector turístico.
Lo interesante es que la nueva ruta contará con dos embarcaciones, cada una con una capacidad para 650 pasajeros. Considerando que podrían realizar 14 viajes al día, se calcula que diariamente podría transportarse a más de 18 mil personas, lo que da una idea de la relevancia de la nueva inversión de Grupo Xcaret.
Con esta nueva ruta que se inició esta semana, se pone cada vez más de manifiesto que las empresas tienen que seguir innovando en la industria turística, porque es la única manera de que haya un crecimiento sostenido, y una mayor atracción hacia el turismo internacional.
POR: JAIME NÚÑEZ
@JANUPI
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