COLUMNA INVITADA

Medellín la ciudad que logró reducir su temperatura ambiente e invirtió en su futuro: Corredores verdes y plantas

Durante las últimas décadas, la población humana ha crecido de manera exponencial

OPINIÓN

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Luis Miguel Martínez / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

Durante las últimas décadas, la población humana ha crecido de manera exponencial. En tan solo 50 años casi se ha triplicado el número de habitantes en el planeta, pasando de dos mil 600 millones a más de siete mil millones de personas, un fenómeno sin precedentes y sumamente preocupante.

A consecuencia de ello, el planeta ha sufrido modificaciones graves y profundas. Por ejemplo, se ha incrementado la cantidad de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero, lo que ha derivado en que la composición de la atmósfera, también, haya sido severamente transformada y lastimada, y esto a su vez, ocasione el calentamiento que sufre el planeta.

En este contexto, el cambio climático, se refiere a las modificaciones de todos los ecosistemas que componen a la Tierra. Sin embargo, esta transformación global alude también a otras acciones que afectan a este enorme organismo: modificaciones en el uso del territorio, en la deforestación de los bosques y, por supuesto, las evoluciones en el clima derivados de la actividad humana.

Todos estos cambios, afectan al ciclo global del carbono, elemento fundamental de la vida y sin el cual, el proceso de oxigenación celular de la mayor parte de los organismos en el planeta logra regenerarse, por lo que el mecanismo natural para enfriar la superficie terrestre y el oxígeno, se reducen de manera sustancial cada día que pasa.

Por desgracia, la inercia de modificaciones ya es irreversible, pero todavía se pueden mitigar sus efectos y adaptar a todos los seres vivos a sus transformaciones antes de que sea demasiado tarde.

El caso de la ciudad de Medellín es un buen ejemplo que debe ser contado y reproducido, sin duda alguna, con la misma velocidad que muchos efectos nocivos para el medio ambiente, lo han hecho, durante décadas.

La segunda ciudad más grande de Colombia está ubicada en el Valle de Aburrá, una formación geográfica que puede capturar y resguardar la contaminación dentro de sus montañas, lo cual no ayuda a que la calidad del aire sea mucho mejor. Está demarcación está enclavada al igual que la Ciudad de México en un valle, el cual, por su formación natural impide que el aire transite con mayor facilidad hacia la atmósfera.

Según IQair, una empresa suiza que mide la calidad del aire en todo el mundo, los niveles anuales de partículas (PM2,5) de Medellín, si bien no son los peores de América del Sur, triplican los límites considerados como seguros por la OMS de un promedio máximo anual de 5 microgramos por metro cúbico (µg/m3).

La contaminación en esta demarcación es más alta que en la capital, Bogotá, o que en Sao Paulo, la ciudad más poblada de América del Sur.

Aun con todo ello, estos niveles de contaminación están muy por debajo de otras ciudades conocidas por tener grandes problemas de contaminación: en el año 2022, Nueva Delhi, en India, estuvo 18 veces por encima del límite anual de la OMS, por ejemplo. 

Sin embargo, durante la primavera, cuando la ciudad enfrenta su peor período de condiciones del aire debido a la disminución de las lluvias, que normalmente ayudan a disipar la contaminación, Medellín puede alcanzar los 55 µg/m3 de PM2,5, unos niveles que suelen preocupar a las autoridades.

En medio de esta situación en el año 2016, la ciudad inició su programa de “corredores verdes”, debido a preocupaciones por la contaminación del aire y el aumento del calor. Compuesto por más de 30 rutas, el sistema conecta carreteras verdes, jardines verticales, arroyos, parques y colinas.

Inicialmente, el proyecto implicó sembrar unas 120 mil plantas y 12 mil 500 árboles en carreteras y parques. Luego se propuso cultivar otros 2.5 millones de plantas más pequeñas y 880 mil árboles en toda la ciudad para el año 2021. La idea era conectar los espacios verdes de la ciudad a través de avenidas y calles llenas de árboles y sombra.

En la actualidad, también forman parte del proyecto unos 124 parques que están conectados a través de plantaciones. La inversión inicial para llevar a cabo el proyecto fue de 16.3 millones de dólares y se estima que el mantenimiento anual costó cerca de 625 mil dólares en 2022, de acuerdo con el gobierno local.

Otro dato importante para destacar es que, por este plan de transformación urbana y reorganización de los espacios sustentables, la ciudad de Medellín ganó en 2016 el premio, Lee Kuan Yew World City Prize, considerado el máximo galardón del urbanismo en el mundo y el premio nobel de ciudades más sustentables que otorga el gobierno de Singapur. 

Este importante galardón fue un enorme reconocimiento que distingue a las autoridades colombianas por haber establecido mejoras en áreas olvidadas de la ciudad, fomentar el uso de bicicletas, proteger el espacio público, la vida al aire libre, mejorar sus parques y plantar más árboles, todo en beneficio de su población y del ecosistema de la región. 

Todas estas acciones han tenido un impacto altamente positivo en el medio ambiente de la región. Ya que, gracias a este proyecto, la ciudad logró reducir hasta dos grados la temperatura en dichas zonas, comparándolo con áreas menos verdes del mismo entorno.

Por todo ello, el plan verde de Medellín logró que estas áreas ajardinadas promuevan la biodiversidad en la ciudad, además de generar sombra natural en una localidad donde la temperatura ronda los 25 grados durante todo el año. Como consecuencia de la instalación de estos corredores verdes, Medellín logró también, paliar el gran problema de contaminación que tenía en sus zonas más céntricas y optimizar la calidad del aire para sus habitantes. 

La construcción e instalación de los corredores verdes en la ciudad de Medellín, es un referente obligado para toda la comunidad internacional y los gobiernos de países en vías de desarrollo, debido a la trascendencia que su existencia ha logrado aportar, entorno a la viabilidad de construir ciudades amigables con el medio ambiente, en especial con la flora local.

La existencia de grandes segmentos territoriales que albergan miles de plantas en su entorno urbano ha logrado reducir los niveles de contaminación y la temperatura ambiente de la localidad hasta dos grados centígrados, lo que significa un avance en la construcción de políticas públicas sustentables y viables para la consolidación de asociaciones viables entre la actividad humana y el medio ambiente. 

Las autoridades de México deberían documentar y redundar con mayor profundidad en las aportaciones medioambientales que la ciudad de Medellín, ha puesto sobre la mesa, con el propósito de asegurar un futuro autosustentable para las principales metrópolis de este país. 

POR LUIS MIGUEL MARTÍNEZ ANZURES

PRESIDENTE DEL INAP

MAAZ