Las elecciones del 2 de junio están a la vuelta de la esquina. Los estudios de opinión publicados en las últimas semanas marcan una tendencia muy estable. La puntera, Claudia Sheinbaum, parece estar cerca de su techo. Cada día que pasa, el universo de indecisos se acota y la pecera en la que hay que buscar nuevos votos se vuelve más pequeña.
Por su parte, Xóchitl Gálvez registra una pérdida de votos, producto de campaña tan mala que ha hecho que Máynez se ilusione con el segundo lugar. La situación de Gálvez es realmente llamativa: no hay que perder de vista que se trata de la candidata que reúne a los tres partidos que, apenas en 2012, explicaban más del 90% del total votos emitidos ese año.
Con el PRD luchando perezosamente por conservar su registro, el otrora poderoso PRI y el PAN que gobernó dos sexenios en este milenio, se encuentran en mínimos históricos. En aquella elección de 2012, la suma de votos entre el PRI y el PAN sumó 38% del total.
Se ve difícil que Gálvez alcance esa cifra, pues entre esa elección y esta, el PRI perdió importantes gobernaturas, como la del Estado de México que le proporcionaba el control territorial del estado con más votantes de toda la república.
En este contexto, la Ciudad de México se convirtió en la trinchera en la que el PRI y el PAN se juegan buena parte de su futuro. En caso de quedarse con las manos vacías, es decir, de perder la presidencial y la Ciudad de México, es muy probable que esa alianza termine por romperse.
Un resultado así significaría el fracaso total del ensayo que empezó en 2020 y certificaría la sospecha de muchos panistas respecto a lo inconveniente que era acercarse tanto al PRI y su aurea de suciedad.
Por el contrario, una victoria en la capital de la República comprometería al PRI y al PAN a seguir su alianza, al mismo tiempo que situaría a Federico Taboada como candidato natural en el 2030. En este hipotético escenario, ambos partidos resolverían un problema que nunca pudieron superar de cara a esta elección: la búsqueda de un liderazgo capaz de encolumnar un proyecto político. Xóchitl Gálvez nunca pudo ofrecer eso.
De ahí la importancia que se le está dando a la elección de la Ciudad de México. Abandonada la esperanza que creyeron haber encontrado en Xóchitl, todas las fuerzas se concentrarán en los distritos donde exista una elección competitiva, principalmente en la capital. El intento de Federico Taboada de prohibir que se hablara del famoso “cartel inmobiliario” certifica que están dispuestos a todo con tal de aferrarse a la vida pública del país.
No es de extrañarse que la propia Claudia Sheinbaum empiece a priorizar más sus recorridos por la ciudad, pues sabe de la importancia que tiene mantener la ciudad para su proyecto de gobierno. Clara Brugada será la encargada de contener la ofensiva del PRI y el PAN pero necesitará de todas las fuerzas aliadas para hacerlo.
POR ADRIÁN VELÁZQUEZ RAMÍREZ
COLABORADOR
@AdrianVR7
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