La candidata presidencial de Morena y aliados, Claudia Sheinbaum, llega al segundo debate cobijada por un cómodo y estable posicionamiento en las encuestas, con más de 25 puntos de ventaja sobre Xóchitl Gálvez (54-27 según Heraldo-Covarrubias, 08/04/24), postulada por el PAN, PRI y PRD.
La candidata de oposición no sólo está en desventaja en todas las mediciones serias, sino también concentra negativos. En una encuesta difundida el martes 23 de abril (Enkoll-El País-W Radio), Xóchitl aparece con 40% de opiniones malas y muy malas, contra sólo 16% negativo de la morenista y 23% del candidato Jorge Álvarez Máynez. Llama la atención que, si bien el candidato de Movimiento Ciudadano capta sólo 7% de intenciones de voto, recibe 36% de opiniones positivas, exactamente igual que Xóchitl.
Los esfuerzos de la candidata opositora, irónicamente, tienen que superar también la mala imagen de los principales partidos que la apoyan, sobre todo el PRI, que reúne 49% de consultados que nunca votarían por él, mientras el PAN tuvo 19% de rechazo.
¿Está todo perdido para Gálvez y este arroz ya se coció? Yo no lo creo, aunque sin duda remontar la ventaja que posee Claudia implica una tarea hercúlea. Mi incredulidad se debe no sólo a que la única encuesta válida será la del 2 de junio en las urnas, sino también porque tengo presente la posición habitual de las encuestadoras: lo que ofrecen sus mediciones son fotografías del momento, instantáneas que pueden moverse y no necesariamente por hechos de gran impacto, sino porque el electorado mexicano es cambiante y no siempre predecible.
Cito en apoyo de esa opinión un dato de la encuesta de Enkoll, que incluyó interesantes cruzamientos. De un 73% de encuestados que aprueba el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, 58% dice que votará por Claudia, pero 19% se inclina por Xóchitl. “Esas son las sorpresas del electorado”, apunta Carmen Morán Breña, autora de la nota de El País sobre la encuesta.
Además, Xóchitl tiene entre sus posibilidades de crecimiento a los indecisos, que en la actualidad fluctúan entre 14% (Heraldo) y 26% (Enkoll). Sin embargo, ese porcentaje de indecisos tendrá que pelearlo con Álvarez Máynez, quien va cobrando fuerza. La candidata opositora cometería un error si creyera los números de encuestas inconfiables como la de Massive Caller, que hace seis años ponía a Ricardo Anaya muy cerca de AMLO.
Por su lado, Sheinbaum tiene gran parte de su fortaleza política en los buenos resultados socioeconómicos que ha logrado AMLO, aunque estos le sean regateados por la oposición y buena parte de los medios. También es cierto que, pese a esa mezquindad, la mayor parte de la población reconoce y percibe los avances y esto se manifiesta en los clamorosos recibimientos que le hacen a Claudia en sus giras de campaña.
En conclusión, Claudia llega al segundo debate en caballo de hacienda, con más empaque intelectual y político que su principal adversaria, pero no puede confiarse. La victoria es veleidosa y el electorado, también.
Plus Online: El Debate Chilango
A propósito de debates, el de los candidatos a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México resultó de una pobreza política e intelectual deplorable. Un agresivo Santiago Taboada (PAN y aliados) se lanzó contra Clara Brugada (Morena y aliados), quien se enganchó en un lastimoso torneo de descalificaciones reiteradas y la mayoría sin asideros probatorios.
En el primer tema, el agua, Taboada incurrió en una ostensible falta de respeto a la audiencia, al presentar como “pruebas” de la contaminación cuatro frascos con supuestas muestras del líquido vital procedentes de distintas alcaldías de la capital. ¿Habrá pensado seriamente el panista que alguien iba a darle crédito a esas “pruebas” que no probaban nada, excepto quizá la falta de imaginación de quien las presentó?
En el segundo tema, corrupción, Brugada no logró posicionar suficientemente la principal debilidad del panista, el llamado Cártel Inmobiliario, el escandaloso caso de construcciones ilegales en la alcaldía Benito Juárez, de la que fue alcalde Taboada. A éste se le ha vinculado políticamente con ese caso, por el cual hay procesos abiertos y algunos ex funcionarios en prisión. Es preciso tener presente, no obstante, que el panista no está sujeto a proceso.
Taboada no se ahorró adjetivos contra la morenista, y su violencia verbal contrastó con lo que se supo después: su equipo presentó ante el Instituto Electoral de la Ciudad de México una solicitud de medida cautelar para que dr prohibiera a candidatos y líderes morenistas la mención del Cártel Inmobiliario y su vinculación con el panista. Parece que Taboada quería tener, sólo él, licencia para agredir.
POR EDUARDO R. HUCHIM
COLABORADOR
@EduardoRHuchim
MAAZ