Ante el surgimiento de las nuevas tecnologías, los derechos humanos han tenido que ubicarse en un nuevo marco jurídico internacional que protege no sólo a los derechos tradicionales en el ámbito digital, sino también a los derechos conocidos como la cuarta generación de los derechos humanos, es decir, a los neuroderechos.
Este tipo de derechos son los que tienen que ver con el cerebro y su actividad, y surgen para proteger al cerebro humano y su individualidad frente al uso irresponsable de las neurotecnologías. En la actualidad, existen cinco tipos de neuroderechos a saber: la identidad personal, la privacidad mental, la protección contra sesgos, el libre albedrío y el acceso equitativo.
El principal objetivo de regular estos derechos es evitar la manipulación y control sobre los procesos cognitivos, emocionales y de comportamiento de las personas.
En 2021, Chile es el primer país del mundo que regula a los neuroderechos a nivel constitucional y hoy día la acción de constitucionalidad contra el dispositivo “insight” -mismo que exponía los datos de las personas en la nube sin una garantía de protección-, representa el primer precedente judicial en la materia.
De igual forma, con la recién publicada Ley No. 21663 Marco de Ciberseguridad, este país se sitúa como el primer país en latinoamérica en regular la seguridad digital. Dicha ley contempla la creación de la Agencia Nacional de Ciberseguridad (ANCI), que será la encargada de vigilar y controlar a entidades públicas y privadas que presten servicios que impacten la seguridad de la información en la red.
Asimismo, la citada ley establece la creación de un Equipo Nacional de Respuesta a Incidentes de Seguridad Informática, (CSIRT Nacional) y la creación de un Comité Interministerial sobre Ciberseguridad. El Presidente de Chile contará con un año para emitir los decretos que reglamenten el funcionamiento e inicio de actividades de la ANCI.
Es importante, que frente a los actos delictivos que hace tiempo se llevan a cabo en la red, como por ejemplo, la suplantación de identidad, la propagación de diversos virus, el sabotaje, y las diferentes conductas ilícitas, nuestro país centre sus esfuerzos en la regulación de la ciberseguridad.
Empero, las recientes iniciativas presentadas en México en la materia preocupan debido a que su implementación violaría los principios de proporcionalidad y transparencia, y distintos derechos humanos, por promover la militarización del ciberespacio en aras de una ciberdefensa.
En paralelo, también es inminente que los legisladores regulen los citados neuroderechos frente a los desafíos que presenta la tecnología para la libertad cognitiva, pues de lo contrario continuarán rezagándose.
Chile es un modelo que puede servirnos como ejemplo para reglamentar los referidos derechos humanos y la ciberseguridad, pero sin dejar de lado el problema de la extraterritorialidad de la norma en el espacio digital.
POR HILDA NUCCI
COLABORADORA
@hilnucci
MAAZ