La semana pasada, la Universidad de Stanford dio a conocer su Índice de Inteligencia Artificial (IA) 2024, que es en la actualidad una de las fuentes más autorizadas y confiables sobre la IA en el mundo.
De acuerdo con el reporte, hace 10 años los mejores sistemas de AI eran incapaces de clasificar objetos e imágenes como lo hacen los humanos. Inclusive, tales modelos tenían dificultad para comprender idiomas y resolver problemas matemáticos.
Hoy en día, los modelos más avanzados normalmente superan las capacidades humanas en estos rubros.
El Índice nos revela dos retos interrelacionados. En primer lugar, la tecnología sigue mejorando y se utiliza cada vez más, lo que tiene importantes consecuencias para la productividad y el empleo, con un enorme potencial para impulsar los Objetivos y Metas de Desarrollo Sostenible (ODS).
Por otro lado, el gran desafío es que la IA se puede usar tanto para el bien como para el mal.
Según este reporte, 66% de las personas encuestadas a nivel global por IPSOS, piensan que la IA afectará dramáticamente sus vidas en los próximos tres a cinco años. Además, más de 50% expresó nerviosismo hacia los productos y servicios de IA.
Por otro lado, datos del Pew Center sugieren que 52% de los estadounidenses se sienten más preocupados que entusiasmados con respecto a la IA, frente a 38% en 2022.
En el estudio se da cuenta del enorme impacto que el desarrollo de la tecnología ha tenido a nivel global. Entre 2010 y 2022, el número de publicaciones sobre IA se triplicó de aproximadamente 88,000 en 2010 a más de 242,000 en 2023. Mención aparte merecen los artículos en revistas y periódicos que se han multiplicado de manera exponencial. Dicho de otro modo, el tema está de moda en todas las latitudes.
El Índice ofrece una amplia gama de información y datos sobre la IA, incluyendo temas de investigación y desarrollo tecnológico; aplicaciones científicas y educativas y su impacto en la economía.
Para efectos de esta columna, lo más interesante es el capítulo 7 del reporte sobre políticas públicas y gobernanza global de la IA, ya que las crecientes capacidades de la IA han captado la atención de los formuladores de políticas. Durante el año pasado, en Estados Unidos, la Unión Europea, China y Reino Unido se promulgaron importantes regulaciones y políticas relacionadas con la IA.
La proliferación de estas acciones institucionales refleja la creciente conciencia de los gobiernos sobre la necesidad de regular la IA y mejorar la capacidad de sus respectivos países para capitalizar su potencial transformador.
El número de regulaciones y normas legales sobre la IA en EU se ha incrementado en 56% durante 2023, con la adopción de 25 nuevas leyes y decretos ejecutivos. Como lo hemos venido comentando también en esta columna, la Unión Europea adoptó la primera ley en el mundo que busca regular el conjunto de las aplicaciones de la IA y supervisar su uso responsable.
Continuará…
POR CARLOS DE ICAZA
EMBAJADOR EMÉRITO Y EXSUBSECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES
EEZ