MIRANDO AL OTRO LADO

“Amor con amor se paga”: rezo mafioso

La frase “Amor con amor se paga” es la convocatoria a hacer algo inconfesable acompañado de un silencio cómplice.

OPINIÓN

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Ricardo Pascoe Pierce / Mirando al Otro Lado / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La frase “Amor con amor se paga” es la convocatoria a hacer algo inconfesable acompañado de un silencio cómplice. Es la admisión de que “lo inconfesable” quedará entre dos, creando una relación de mutua complicidad. Y también es una amenaza: si el silencio se rompe, las consecuencias serán también “inconfesables”.

Así ha gobernado AMLO durante su estancia en la jefatura del Gobierno de la Ciudad de México y ahora con sus 6 años en la Presidencia de la República. Lo que ha creado es una relación con sus acompañantes en el gobierno y con los sectores sociales subordinados, a un padrinazgo mafioso.

Se basa en el ejercicio de facultades “meta constitucionales” como Presidente de la República. Si como sociedad se lo hemos permitido a prácticamente todos los Presidentes de la República del PRI, es razonable preguntarnos ¿por qué no le permitiremos lo mismo a López Obrador?

Las dos Presidencias del PAN (Fox y Calderón) serán recordadas, entonces, como episodios inusuales de una irrupción democrático-liberal temporal en la larga historia nacional de regímenes corporativos y políticamente opresivos. Se fracturaron temporalmente los complejos mecanismos de cooptación y corrupción que mantenían a la mayoría de los mexicanos en la pobreza material y en la indigencia intelectual.

Esas dos presidencias no tuvieron la fuerza para cambiar la cultura ancestral de México, y cedieron su lugar a la regresión.

La llegada de Peña Nieto a la Presidencia entonces debe entenderse, en nuestro contexto, como la señal de que había empezado el proceso de regresión hacia el estado anterior y natural de las cosas en México. No era, como muchos pensaban, otra señal de la alternancia democrática del moderno sistema político mexicano.

Era todo lo contrario: representaba el simulacro de muchos, que añoraban, donde reinaba la autocracia y el pueblo festina en su carácter, no de ciudadano, sino de siervo. Es por eso que el concepto de los “Siervos de la Nación” es una formulación que expresa nítidamente la aspiración inconsciente de algunos sectores dispuestos a ser subordinados al poder público de nueva cuenta. La palabra “siervos” y su aceptación social nos dice siglos sobre la cultura mexicana.

“El amor con amor se paga”, reza el dicho. En el contexto de un estado de regresión hacia un régimen político dominado por poderes que se imponen a la población, al margen de la democracia y donde la ley es la ley, ¿qué significa “amor con amor se paga”?

De la manera más rudimentaria posible, “amor se paga con amor” es un mensaje a todo aquel que quiera escuchar. “Si me das tu voto, ¡yo te daré recursos económicos directos a ti, a tu esposa y a cada uno de tus hijos. Ah, y se me olvidaba: también a tus padres…”!

Este esquema es de una sencillez y cinismo apabullantes. Presupone que las conciencias y valores de los mexicanos están a la venta. Y también presupone esto último porque la gente está tan desesperada por su situación económica, que se venderán por una suma de dinero absolutamente sufragable por el Estado.

El supuesto es que la debilidad humana, o su vulnerabilidad, hace que esté a la venta hasta su dignidad. Ese es el supuesto subyacente en la idea del “amor con amor se paga”. No es necesario enfatizar que detrás de los varios supuestos sobre la naturaleza humana que subyacen en ese comentario hay una visión despiadada del político sobre su falta absoluta de empatía con la gente.

Su idea de la gente no es de ayudar a un pueblo a que progrese hacia metas de dignidad superiores. No, en absoluto. Su interés reside en mantener a la gente en esa postración, porque así es más manipulable. Esa idea utópica de un “México de clase media” les causa una risa nerviosa: sería inaceptable un México sin millones de pobres.

Con sus socios o “iguales” el esquema del “amor con amor se paga” es diferente. Lo acaba de invocar el ex Ministro Zaldívar al exigir apoyo total del Presidente López Obrador en su confrontación con la Ministra Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Repitió la frase en una conferencia de prensa, para que todo el mundo escuchara la amenaza: “Amor con amor se paga, porque el Presidente irá contra la Ministra si ella decide, después de una investigación, quitar todos mis privilegios como ex Ministro de la Corte”. Aquí Zaldívar defiende a capa y espada su jubilación y su futuro político. Su honor no le importa; su nivel de vida, sí.

Y AMLO le respondió a su ex operador de corruptelas en el sistema de justicia mexicana, con un tronante acto de apoyo en defensa del colaborador, reconociendo todos sus servicios rendidos a…los intereses del Presidente, aunque no de la Justicia. El famoso “piso 14” del edificio del Consejo de la Judicatura Federal se había convertido en el símbolo de la corrupción, el  compadrazgo y el actuar de la mafia en el poder.

En ese piso se actuaba conforme a los principios de cualquier jefatura de mafia: cooperas o cuello.

Tan contundente fue el sistema de complicidades, que hasta la candidata presidencial oficialista salió a defenderlo. Si hay una regla que atraviesa el corazón de los compromisos de la mafia, es ésta: si cae uno, caen todos. Por esa razón, el apoyo es instantáneo.

El Presidente entiende que, al defender a Zaldívar, está defendiendo sus otras corruptelas, empezando por las de sus hijos. Si alguien tan importante como Zaldívar, cuyos secretos podrían destruir el sistema de AMLO en su conjunto, se defendiera convirtiéndose en delator del sistema de presión para favorecer al Presidente, sería el fin de su “movimiento”.

Así de importante es el lema de “amor con amor se paga”. Es el pináculo de un sistema frágil y mafioso que ha creado AMLO para sostenerse en el poder con facultades meta constitucionales. Sin esa complicidad férrea, se acabaría su poder. Así de fuerte es.

Pero, también, así de frágil. Es por esa razón que el Presidente amenaza: “si cae Zaldívar, caerá la Ministra Presidente”. El Presidente amenaza a la Ministra Presidente, pero, en el fondo, como todo buen mafioso, también ofrece una rama de olivo de la paz: no toques al mío y no te toco a ti. AMLO opera con la mentalidad de un jefe de la mafia: “tú a tus rutas de la droga y yo a las mías”.

Y, con esa mentalidad de jefe de la mafia, ha gobernado a México durante 6 largos y destructivos años. El avance de los cárteles del narcotráfico no le preocupa. Él negocia con ellos como jefe de otra mafia. Se entienden. Tienen valores en común. Negocian con la misma frialdad de quienes saben matar. Y lo harán, de ser necesario. Todo para no perder el poder y dinero.

Así de terrible reza su lema, de aparente inocencia: “Amor con amor se paga”. Mientras tanto, el país está prisionero en la guerra de intercambios de favores entre mafias.

POR RICARDO PASCOE

COLABORADOR
ricardopascoe@hotmail.com
@rpascoep

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