COLUMNA INVITADA

Las Islas Marías [I]

Apolonio le comentó a su compañero de celda Eustaquio, que fue notificado por las autoridades carcelarias de Lecumberri

OPINIÓN

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Rubén Martínez Cisneros / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Apolonio le comentó a su compañero de celda Eustaquio, que fue notificado por las autoridades carcelarias de Lecumberri; sería trasladado a las Islas Marías para terminar de compurgar su sentencia en ese penal y agregó, ni tiempo me dieron de avisarle a mi vieja pues en una hora nos llevan, ahí te dejo algunos de mis cachivaches, se dieron un abrazo de despedida.

El 30 de diciembre de 1939, se publica en el Diario Oficial de la Federación (DOF), bajo el gobierno del General Lázaro Cárdenas el decreto del Estatuto de las Islas Marías, “Se destinan las Islas Marías para Colonia Penal a fin de que puedan en ella cumplir la pena de prisión los reos federales o del orden común que determina la Secretaría de Gobernación”, el anterior decreto es abrogado por el actual mandatario Andrés Manuel López Obrador, de acuerdo al DOF el 7 de enero de 2021.

En aquellos ayeres mencionar el nombre de Islas Marías en la población penitenciaria, era motivo de sentir escozor, miedo, temor, de un momento a otro eran notificados de mudar a la isla del pacífico, el solo nombre de cuerda, definida en el lenguaje del hampa como cordel de ratones a chompirico, era el pasaporte para el penal antes citado.

De acuerdo al libro Las Islas Marías, escrito por Adalberto Meléndez, dice que esta porción es parte del patrimonio mexicano a partir del 12 de mayo de 1905 cuando el gobierno federal la adquirió a la familia Carpena en 150 mil pesos hoy se puede disfrutar de un paseo a la isla María Magdalena, zarpando de San Blas, Nayarit o bien de Mazatlán, Sinaloa, a bordo de un confortable ferry, se realiza el viaje a la antigua prisión, ahora convertida en un destino turístico el cual está a cargo de la Secretaría de Marina. 

El 18 de julio de 1928, el presidente electo general Álvaro Obregón fue asesinado por José de León Toral en el restaurante La Bombilla. Lo cierto es que por este crimen también se le involucró a la religiosa Concepción Acevedo de la Llata, conocida como la Madre Conchita, detenida en la cárcel de San Ángel, posteriormente trasladada a Lecumberri, después enviada a las Islas Marías.

En sus memorias bajo el nombre Una Mártir de México narra lo siguiente, “14 de mayo de 1929, por primera vez puse los pies en la isla María Madre, principal del archipiélago de las Marías. Eran las cinco de la tarde. Descendí del barco   por una escalera que llegaba desde la borda hasta una pequeña lancha…”, lo anterior después de viajar 25 horas en el barco Washington de acuerdo a su testimonio.

El escritor José Revueltas, en texto “Los muros de agua narra “algunas de mis impresiones durante dos forzadas estancias que debí pasar en las Islas Marías, la primera en 1932 y la segunda en 1934.  La clandestinidad a que el partido comunista estaba condenado por aquellos años nos colocaba a los militantes comunistas en diario riesgo de caer presos y de ser deportados al penal del Pacifico”.

POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS

COLABORADOR

MAAZ