ORBITANDO

Clave, la fuerza de la sociedad

De acuerdo con su versión de la democracia, Nicolás Maduro ya dispuso todo para que después de las elecciones

OPINIÓN

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Israel López Gutiérrez / Orbitando / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

De acuerdo con su versión de la democracia, Nicolás Maduro ya dispuso todo para que después de las elecciones del 28 de julio siga siendo el presidente de Venezuela. Para que eso cambie, sería necesaria la cohesión e impulso de esa sociedad en otra dirección.

En una charla desde Caracas con el opositor Roberto Patiño, dirigente del partido Primero Justicia, quien encabeza un programa humanitario desde hace ocho años para dar de comer a 15 mil niños a diario, considera que la vía del cambio en Venezuela pasa por un proceso de paz con garantías y por la fuerza de la sociedad.

Ha señalado que está convencido de que el protagonismo de la población en general debe traer tiempos mejores, y cree que eso ya empezó con las primarias de octubre de 2023, donde la opositora María Corina Machado se ganó el derecho de disputarle la Presidencia a Maduro.

Ese fue un primer aviso de una sociedad cansada de que su Presidente siga engordando y ellos adelgazando (en todos los sentidos). Ante esa amenaza, el chavismo echó andar su plan de contingencia y a través de sus reglas antidemocráticas congeló a Machado. Demostrando que le temen a la opositora.   

Patiño en un tono más arrojado considera un posible escenario donde Maduro pierda la elección en las urnas y ofrece garantías para que no pise la cárcel de inmediato, como sucedió en Chile con el general Augusto Pinochet, quien tras dejar su dictadura se mantuvo como jefe del Ejército y luego como senador vitalicio.

Pero la posibilidad de que Maduro pierda el poder hoy es mínima, al menos eso se percibe desde el exterior, aunque Patiño considera que la oposición está tomando un segundo aire y hoy más que nunca necesita que la población tome protagonismo.

Para que la oposición reciba la fuerza que necesita, es necesario que haga entender a la mayoría de los venezolanos que el éxodo de unos siete millones de personas de Venezuela ha desbaratado la estructura familiar, provocando una desintegración obligada.

Debido a que miles de profesionistas venezolanos se han asentado en países vecinos o incluso han migrado hacia México y Estados Unidos con el único fin de tener mejores condiciones y oportunidades de vida, no es posible que un médico titulado gane en promedio cinco dólares mensuales en Venezuela.

Que el flagelo de la violencia, el narcotráfico y los secuestros estén normalizados bajo el consentimiento del gobierno de Maduro, quien por cierto primero se ocupa de lo que les pasa a sus cuates en el exterior e incluso se ofende y toma medidas radicales, antes de solucionar sus propias crisis.

Bien dice el dicho: “candil de la calle y oscuridad de su casa”, pero eso no va a cambiar hasta que la fuerza pacífica de la población venezolana se deje sentir. Esa fórmula aplica no solo para Venezuela, puede usarse en todo el mundo.

El otro factor importante de presión ya comenzó a operar. Estados Unidos reimpuso sanciones al petróleo y gas venezolanos como respuesta al bloqueo de la verdadera candidatura opositora. 

POR ISRAEL LÓPEZ GUTIÉRREZ
COLABORADOR
ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM

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