MISIÓN ESPECIAL

Semana Santa en llamas

Transcurrió una Semana Santa sangrienta y en llamas, con atisbos de esperanza. En Pascua, México debe condenar a Maduro y reconocer al estado palestino

OPINIÓN

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Martha Bárcena Coqui / Misión Especial / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En México, atestiguamos el horrendo crimen de Camila. Pequeña de 8 años, invitada a pasar unas horas en una alberca con los vecinos. Terminó asesinada y sus victimarios, linchados.

El país en llamas, incendios en varios estados de la república, algunos intencionales, pero la mayoría, por descuidos y prácticas agrícolas obsoletas como la de “quema y roza”.

En el mundo, el 26 de marzo, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó una resolución exigiendo el cese al fuego en Gaza y el retorno de los rehenes sin condiciones. EU se abstuvo en la votación, marcando un distanciamiento creciente con el gobierno de Benjamín Netanyahu. Este último enfrentó el domingo 31 de marzo una manifestación de más de 100 mil personas reclamando elecciones anticipadas.

El jueves santo, la Corte Internacional de Justicia exigió a Israel unánimemente, poner fin al bloqueo de la ayuda humanitaria a Gaza que ha causado una hambruna sin precedente. Se abstuvo de ordenar un cese al fuego inmediato. Hasta esta semana de Pascua, hay más de 32,000 muertos en Gaza, 74,000 heridos, 7,000 desaparecidos y el 80% de la población de 2.3 millones de personas desplazada. El territorio está arrasado. Es un crimen de guerra y una violación absoluta al derecho internacional humanitario.

Israel, lo repito, ha perdido credibilidad y el respaldo de la opinión pública. Sus acciones en Gaza son injustificables. De poco han servido las condenas y peticiones de diversos funcionarios de Naciones Unidas: el secretario general, el director de la Organización Mundial de la Salud, la directora del Programa Mundial de Alimentos, el director de la Agencia para los Refugiados palestinos, contra la que Israel emprendió una campaña de desprestigio, el subsecretario de NU para la Ayuda Humanitaria, quien acaba de presentar su renuncia. El gobierno israelí es ya un paria.

Los pueblos muestran que, si hay instituciones y democracia, los cambios son posibles. El domingo 31 de marzo, en Turquía, el partido AKP del presidente Erdogan, perdió las elecciones municipales. Las principales ciudades de ese maravilloso país serán gobernadas por el CHP, el partido que Atatürk fundó: Estambul, Ankara, Esmirna, Bursa, Adana. La mitad del territorio turco se tiñó de rojo, el color del CHP. La inflación, el aumento de la pobreza, fueron determinantes. Turquía no es Rusia, ni China. Es una democracia vibrante y los turcos así lo mostraron.

En cambio, en Venezuela, atestiguamos una de las semanas más negras por parte del gobierno de Maduro. Violó los acuerdos de Barbados, negó el registro como candidata a la presidencia, primero a María Corina Machado y luego a Corina Yoris. Sus trampas fueron condenadas por Europa, EU y hasta gobiernos de izquierda en América Latina. México guardó silencio y optó por fortalecer a ese régimen impresentable, con una equívoca ayuda a venezolanos deportados o repatriados. Una vergüenza.

POR MARTHA BÁRCENA
EMBAJADORA EMINENTE

@MARTHA_BARCENA

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