No había tenido la oportunidad de deleitarme con la multi premiada película Oppenheimer. Al verla, reflexioné acerca de algunas cuestiones, sobre todo, las que están vinculadas con el mundo académico, su estrecha relación con los gobiernos y la seguridad de los países.
La obra refleja la intensidad con la que el mundo de los investigadores, físicos en este caso, establecieron una vertiginosa carrera por ver quién podía desarrollar más rápidamente una bomba de destrucción masiva que pudiera ser utilizada como una “solución” a la Segunda Guerra Mundial.
La película detalla cómo el científico protagonista, un físico teórico quién es nombrado director del ambicioso proyecto por un general del Ejército norteamericano, invita a connotados intelectuales de la época a unirse a la investigación que detonará la carrera armamentista global, misma que continúa hasta nuestros días.
La obra permite establecer algunos temas interesantes que tienen que ver, en primer lugar, con los límites de la investigación científica y su impacto en las problemáticas que afectan a la sociedad. Desde hace años, algunos autores como Wallerstein, han venido repensando el papel de las universidades en nuestros días. Es decir, determinar hasta qué grado los centros de investigación, independientemente de la materia de estudio, deben de proveer soluciones a las problemáticas reales de nuestros días.
Por ejemplo, en una situación hipotética, sería interesante saber si se pondría el mismo interés, y, sobre todo, los recursos económicos, para buscar soluciones al cambio climático o a los temas ambientales que nos afectan hoy en día.
Si bien el argumento principal de la película gira en torno a la justificación científica por desarrollar un arma que permita obtener la paz, también es cierto que surge la duda por determinar, hasta qué grado la ciencia actúa para beneficio de toda la sociedad. Este punto está estrechamente ligado a la percepción de que la visión de una nación, en este caso, de Estados Unidos, es la visión que debe prevalecer sobre toda la humanidad.
A su vez, un tema toral que es tocado a lo largo de las más de dos horas de filme, tiene que ver con la relación entre política e investigación. Destacando cómo la parsimonia de la ciencia tiene que irse adecuando a la prisa de las decisiones y tiempos políticos.
Desde mi perspectiva, Oppenheimer enfatiza la importancia de la investigación científica para el desarrollo de la humanidad; sin embargo, surgen también algunas preguntas básicas que nos debemos hacer como especie, ¿cuáles son los límites de la ciencia? ¿qué implicaciones éticas tienen las investigaciones científicas que se realizan en muchos campos en la actualidad? ¿cuáles son las prioridades que deben de imperar en la comunidad científica global?
POR ARTURO FLORES LÓPEZ
COORDINADOR DEL CENTRO ANÁHUAC DE INVESTIGACIÓN EN RELACIONES INTERNACIONALES
TWITTER:@ARTUROFL
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