PENSANDO EN BÉISBOL

Falta de certeza

Debemos recordar que los ampayers tienen su sindicato y también negocian arreglos colectivos aunque aquí sí ya deben aterrizar un punto, donde la zona de strike sea algo claro para todos, y no una decisión a capricho de un personaje con máscara… así como suena

OPINIÓN

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Alejandro Aguerrebere / Pensando en béisbol / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

Ya en curso la temporada 2024 de las Grandes Ligas y podemos ver bastantes aspectos como para comentar.

Sería gustoso referirnos a las hazañas y a todo aquello para alegrar a la fanaticada, claro, estando el rol regular en curso vemos en el horizonte y algunos atisbos de rivalidades o de buenísimo nivel.

Tienes llamativos a los Dodgers de los Ángeles con un tremendo plantel, y a los Yankees de Nueva York sacando la escoba (extendida por cuatro juegos) en la casa de un deportivamente odiado archirrival.

Pero aquí debemos irnos a un aspecto esencial para el correcto desarrollo de este juego llamado beisbol como lo es el “jueceo”, donde seguimos fallando a un ritmo tan brutal como para tener muchas más de cien fallas diarias en el conteo de bolas y strikes por parte de los ampayers detrás de home.

Para nadie es secreto, es más, hasta los no conocedores del rey de los deportes pueden usar la expresión de “estás en tres y dos”, o bien “te cantaron el tercer strike” y es por la relevancia en cuanto a lo que se determina por parte del ampayer responsable de esa parte -insistimos- importantísima en el juego de pelota.

Pueden ustedes amigos aficionados hacer la suma de cuántas pichadas se dan en una jornada, donde se verifican los 15 encuentros, siendo que el promedio actual por juego es de debajo de 300 (¿290?) pichadas, lo cual nos daría algo como 4 mil 350 decisiones inmediatas que debe tomar el central ante los gritos del público y los jugadores… entonces, muchos dirían “c’mon, ¿de qué te quejas? Son poquísimas fallas, es más, a ver, párate ahí a cantar los strikes ¡¡a ver cómo te va!!”

No es eso, no es ni enjuiciar ni ensalzar ni hacer menos o más, simplemente con la tecnología disponible, vamos a decir, 130 fallas son un montón y es algo totalmente erradicable.

No deberían ser ni cinco fallas en un día si se estableciera ya –por piedad o por simple afecto al juego– la tecnología como algo aceptado y bien visto mediante una campaña ante la afición. Simplemente es de risa que sí acepten las revisiones en una jugada de barrida en segunda o tercera base y aquí no se acepte en automático si la pelota tocó o entró de lleno en la zona de strike… o si no lo hizo.

Es hasta para un valor agregado del beisbol de las Grandes Ligas como producto, ya que vale tantos cientos de millones dólares, sería imperdonable depreciarlo.

Debemos recordar que los ampayers tienen su sindicato y también negocian arreglos colectivos aunque aquí sí ya deben aterrizar un punto, donde la zona de strike sea algo claro para todos, y no una decisión a capricho de un personaje con máscara… así como suena.

Porque sí, por supuesto que sigue sucediendo: hay ampayers quienes “acuchillan” en las decisiones a los lanzadores, quienes les hacen gestos, o a aquel catcher o manejador quienes osan reaccionar o decir cualquier frase con base en sus decisiones. Acabemos con malas inercias, hagamos del beisbol lo mejor posible en Las Mayores, lo mejor de lo mejor.

POR ALEJANDRO AGUERREBERE

EEZ