ENVÍO DIPLOMÁTICO

Acerca del quehacer diplomático

El lugar que hoy ocupa México en el mundo es resultado en buena medida del trabajo de la SRE, tanto en México como mediante su red de Representaciones en el exterior

OPINIÓN

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David Nájera / Envío Diplomático / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las relaciones internacionales son cada día más diversas e intensas. Los países se vinculan en un marco legal acordado en el que, las convenciones que regulan las relaciones diplomáticas y consulares constituyen un compromiso para la interacción y conducta entre las naciones.

Es un hecho que los temas cotidianos van más allá de las capacidades y responsabilidades de los países; el impacto trasnacional del cambio climático, el comercio, el crimen organizado, la pobreza, la desigualdad en el ingreso, el acceso a la tecnología, etcétera, son cuestiones que en gran medida siempre han estado presentes y que pasan de un origen nacional a uno regional o mundial. 

El sistema internacional permite procurar consensos y compromisos para atender esos retos y por ello difícilmente un país puede abstenerse del quehacer internacional o considerar que no se verá afectado en mayor o menor medida por problemas en otras regiones.

Al surgir la Organización de las Naciones Unidas en 1945, México era ya uno de los países más activos entre los menos de sesenta integrantes originales. En gran medida lo fue por la asimetría que su vecindad con Estados Unidos le imponía, lo que le hizo evidente el escenario multilateral como la mejor opción para su actuar internacional.

Al paso de los años México ha integrado a su favor los factores de poder de su demografía y las características de esta, ubicación y dimensión geográfica, recursos naturales, tamaño de su economía. Una suma que el día de hoy le hacen actor internacional sustantivo y además en posibilidad de lograr condiciones de desarrollo relevantes en el resto de esta década. Y en todo ello está presente nuestra diplomacia que estructura la gestión internacional, tanto en lo que toca a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) como a otros participantes, públicos o privados.

El Servicio Exterior Mexicano (SEM), en su conjunto, se integra mayormente por personal que ha ingresado por examen público, proviene de diversas partes del país y de distintos orígenes socioeconómicos; es un mosaico de la diversidad nacional. 

Pero la suma total de ese personal no rebasa hoy las 1,300 personas, lo que luce poco para un país de casi 130 millones de habitantes y con más de 25 millones de mexicanos o descendientes de mexicanos con derechos nacionales en otros países. Simplemente para la atención de la diáspora mexicana en Estados Unidos en un momento dado, la mitad del personal diplomático se encuentra adscrito en ese país, otro efecto de esa asimetría que genera atracción de recursos y esfuerzos.

El lugar que hoy ocupa México en el mundo es resultado en buena medida del trabajo de la SRE, tanto en México como mediante su red de Representaciones en el exterior. Las personas que integran el SEM han abierto camino, en otras, acompañado y en otras dan seguimiento a los esfuerzos de otras partes del gobierno, de sus legisladores, comunidad de negocios, académicos, deportistas, viajeros y por supuesto ciudadanos en general.

Las tareas del SEM requieren de recursos en material humano y en presupuesto. La inversión de la SRE en formar cuadros diplomáticos demanda dinero y tiempo. Por ello el SEM necesita crecer y en los años inmediatos deberá de reclutar nuevos diplomáticos, tanto para suplir a quienes se acercan a la jubilación como para atender la creciente demanda de servicios de la diáspora mexicana y de las necesidades políticas, económicas y de promoción que nuestro desarrollo demanda.

POR DAVID NÁJERA
EMBAJADOR DE MÉXICO. PRESIDE LA ASOCIACIÓN DEL SERVICIO EXTERIOR MEXICANO

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