DESDE AFUERA

¿El futuro de la SRE?

Según exdiplomáticos y especialistas, pocas áreas han sido tan debilitadas como la Secretaría a cargo de ejecutar la política internacional de México

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Mientras se acercan las elecciones generales del 2 de junio, ya hay especulaciones en torno a lo que será el gabinete de la presuntamente segura ganadora, Claudia Sheinbaum, en el que sin parecerlo ahora, uno de los puntos quizá más importantes sea el próximo Secretario de Relaciones Exteriores.

De acuerdo con exdiplomáticos y especialistas, pocas áreas han sido tan debilitadas como la Secretaría a cargo de ejecutar la política internacional de México, justo cuando el mundo está envuelto en un proceso de cambios y tal vez sea necesario buscar una nueva doctrina de política exterior.

Y es importante porque sea quién sea, deberá tratar de restablecer tanto lo que hoy un fracturado consenso de política externa como una confianza en los representantes mexicanos que ciertamente pareció ausente a lo largo del actual gobierno.

Por lo pronto, y de acuerdo con las versiones circulantes, habría cuatro aspirantes con deseos de lograr la Cancillería en el probable gobierno Sheinbaum.

Ciertamente la primera sería la propia actual canciller, Alicia Bárcenas, que asumió el puesto en julio del año pasado y ha debido lidiar con los mismos problemas que su predecesor, Marcelo Ebrard, con las mismas desventajas, pero sin la zanahoria presidencial enfrente.

A cambio se afirma que a Barcenas le gustaría buscar la Secretaría General de Naciones Unidas, pero eso parece aún más difícil que repetir en la Cancillería.

El propio Ebrard, se afirma, aspira a retomar la posición, aunque una posición directiva en el Senado le permitiría ejercer influencia en temas de política exterior. Pero quién sabe si su retorno, y su influencia, sean tan bienvenidos como él cree o si lo que queda del aparato de la SRE se lo agradecería.

El tercer, y más fuerte aspirante, sería Juan Ramón de la Fuente, exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México; exsecretario de Salubridad; exrepresentante mexicano ante la ONU, y ahora Coordinador general de Proyecto de Nación de Claudia Sheinbaum. Pero tal vez busque algo más.

La cuarta jugadora sería Diana Alarcón, Coordinadora General de Asesores internacionales de la campaña Sheinbaum.

Las posibilidades de Alarcón no son desdeñables dada su cercanía con la presunta candidata ganadora.

Al margen de que esas consideraciones se cumplan, el nuevo gobierno –sea Sheinbaum o la opositora Xóchitl Gálvez– deberá asumir la tarea de al menos renovar la doctrina internacional de México, para actuar en un mundo donde la geopolítica y los agrupamientos regionales toman el lugar de la predecible bipolaridad.

Paralelamente, deberá buscar la reconstitución y renovación de la Cancillería y su personal, el único servicio civil de carrera en el gobierno mexicano, que se queja de marginación y falta de recursos mientras nombramientos por adeudos políticos, simpatías ideológicas o personales ayudan a que los desacuerdos entre dependencias o preferencias personales afecten acciones de importancia para el país.

POR: JOSÉ CARREÑO FIGUERAS 

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM             

@CARRENOJOSE

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