COLUMNA INVITADA

Almacenamiento eléctrico: acelerar la transición energética

El almacenamiento de energía es una herramienta que complementa las fuentes de generación, despachando energía al sistema eléctrico cuando se necesita

OPINIÓN

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En México, el almacenamiento de energía se perfila como la pieza faltante para acelerar la transición energética, asegurando la confiabilidad y resiliencia del sistema eléctrico nacional, que permita enfrentar el desafío del cambio climático. 

Según datos de la Agencia Internacional de Energía, en los últimos 20 años en México se observaron tres tendencias en la transición energética: una reducción en la intensidad energética (cantidad de energía necesaria para producir cada unidad del PIB); un consumo de energía eléctrica que se ha más que duplicado desde el 2000, impulsado por la demanda industrial y residencial; y, tercero, menores emisiones per cápita del consumo de energía. 

En conjunto, estas tendencias reflejan avances significativos en la eficiencia energética, la descarbonización y la electrificación de la economía, estrategias fundamentales para hacer frente al cambio climático.

2023 fue el año más caluroso y seco desde que se tiene registro, lo que destaca la urgencia de la acción climática. Por lo que México debe afrontar el reto de acelerar la transición de su matriz de generación eléctrica. Hasta ahora el gas natural ha jugado un rol crucial para atender la mayor demanda eléctrica y reducir la intensidad de carbono del sector. El siguiente paso es atender el crecimiento de la demanda energética con fuentes libres de emisiones de gases de efecto invernadero. 

Pero no podemos ignorar los retos que presenta la generación a partir de recursos renovables, como el agua, el sol, o el viento. Estas son fuentes variables de energía que fluctúan de forma estacional (la hidroeléctrica impactada por épocas de o sequía) o diaria (la fotovoltaica dependiendo de la irradiancia solar), y que en un mismo día pueden presentar intermitencia ante cambios meteorológicos (ráfagas de viento o nubosidad). 

Ya sea que se trate de tender un puente entre la transición de la producción de energía solar diurna a la energía eólica por la noche, o de dar tiempo a las plantas de gas natural para alcanzar su pico de producción, el almacenamiento de energía es una pieza importante del futuro de la energía limpia y de una red eléctrica confiable, flexible y resiliente. México ya cuenta con seis proyectos a gran escala en operación que integran sistemas de almacenamiento de energía con baterías (BESS, por sus siglas en inglés) a centrales eléctricas. 

No es fortuito que los BESS se hayan vuelto casi sinónimos de almacenamiento de energía, ya que a diferencia de otras tecnologías, tienen como ventaja que pueden instalarse en cualquier eslabón de la cadena de valor: en centrales eléctricas, redes de transmisión y distribución, o en las instalaciones de usuarios finales. 

Su versatilidad y facilidad de instalación ha detonado su despliegue, no sólo por empresas de generación, sino también abriendo un mercado para los sectores residencial, social, comercial e industrial. Los BESS pueden ser una solución inmediata para acelerar el despliegue de fuentes de energía renovables e intermitentes. 

Como Asociación Mexicana de Energía estamos listos para ayudar a construir el andamiaje que permita detonar el potencial de los sistemas de almacenamiento de energía en México.

Por JONATHAN PINZÓN *

*Consejero en la Asociación Mexicana de Energía y Vicepresidente de Asuntos Gubernamentales de Invenergy

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