En su Primer Informe, presentado este miércoles 17 de abril, el Panel Ciudadano de Seguimiento al Proceso Electoral 2024 (PUEDJS-UNAM) hizo un pertinente llamado al Senado de la República para que a la brevedad cubra las dos vacantes de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), así como las existentes en sus salas regionales.
El Senado está en falta por esa omisión, que se repite en otros tribunales. El caso de la Sala Superior es particularmente relevante porque se trata de la máxima autoridad en materia electoral y, como tal, calificará la próxima elección presidencial.
La falta de dos integrantes de la Sala Superior no sólo implica mayor carga de trabajo para las cinco magistraturas en funciones, sino también cobija la captura del Tribunal por un triunvirato y, en particular, por dos magistrados, Felipe Fuentes Barrera y Felipe de la Mata Pizaña, que representan, en mi opinión, el segmento menos confiable del conjunto de magistrados.
El triunvirato lo completa la magistrada presidenta, Mónica Soto Fregoso, quien sustituyó a Reyes Rodríguez Mondragón, defenestrado por el triunvirato, cuya feroz embestida obligó a renunciar a Rodríguez, quien sólo tuvo el apoyo de la magistrada Janine Otálora Malassis.
El depuesto presidente impulsó medidas de austeridad y de aleatoriedad en la asignación de casos, para propiciar una genuina imparcialidad, en un ambiente jurisdiccional en el que abundan versiones de tráfico de sentencias y de votos. Estas versiones han sido planteadas en el propio Senado por algunos de sus miembros, entre ellos Germán Martínez, quien habló en diciembre de 2023 de “sentencias con visos de corrupción” y “reparto administrativo del presupuesto como un botín”.
La omisión en el nombramiento de magistrados, en la que es determinante la actitud del grupo parlamentario de Morena, parece obedecer a un cálculo político de los morenistas. Estos suponen contar con la simpatía del triunvirato, pero en realidad podrían estar cometiendo un grave error, sobre todo de cara a los litigios poselectorales, en particular los casos en que la diferencia entre el ganador y el segundo lugar sea estrecha.
Evidentemente, el nombramiento de dos nuevos integrantes, un magistrado y una magistrada, cambiaría la correlación de fuerzas en la Sala Superior y permitiría un TEPJF más confiable y fortalecido. Fortaleza que también llegaría a las salas regionales si se nombrara a los juzgadores faltantes.
La omisión senatorial es todavía más lamentable si se tiene presente que los senadores recibieron de la Suprema Corte, desde hace meses, dos ternas cuyos integrantes poseen idoneidad y experiencia sobradas para llegar a la Sala Superior.
Por todo lo expuesto, el Senado debería atender la exhortación del mencionado Panel de especialistas, coordinado por el Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS), dirigido por John M. Ackerman en la UNAM.
Plus Online: Los inconfiables Felipes
La inconfiabilidad de los magistrados Fuentes y De la Mata no es gratuita, sino fundada en hechos. Menciono dos ejemplos. En noviembre de 2022, la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, difundió en su “Martes del jaguar” una serie de mensajes entre Alejandro Moreno Cárdenas, presidente del PRI, y Felipe Fuentes Barrera, los cuales revelan una relación más allá de lo institucional que llega a lo que “Alito” llama trabajo en equipo.
En los mensajes, Fuentes habla del sentido de algunas sentencias a favor del PRI, entre ellas la relativa a cambios en los estatutos priistas que le permitieron a Moreno concentrar facultades. “Sólo estamos sesionando cuatro (magistrados)... podemos sacarlo”, dice el juzgador y añade: "Muévete para que salga el asunto en esta temporada". En tanto, “Alito” muestra su reconocimiento a su “hermano”. “Te quiero un chingo”, le dice en uno de los mensajes.
Por su parte, el magistrado Felipe de la Mata se vio inmerso en 2023 en un escándalo en que fue señalado de acoso por una de sus colaboradoras. En su mencionada intervención, el senador Germán Martínez, sin mencionar nombres, habló explícitamente de señalamientos de acoso sexual atribuidos a un magistrado. De lo que sí hay constancia pública es de los malos tratos que De la Mata da a su personal.
Una víctima de su despotismo decidió abandonar su ponencia y, coincidentemente, familiares suyos perdieron sus empleos en el TEPJF y en el INAI. La excolaboradora también perdió su empleo, mientras su ex jefe suele presumir del gran poder que posee y que se irradia -dice- incluso fuera de las paredes tribunalicias.
POR EDUARDO R. HUCHIM
COLABORADOR
@EduardoRHuchim
MAAZ