En política los amigos son de mentiras. Quien ocupa un cargo público y administra presupuesto siempre está rodeado de seguidores, pero a éstos, los mueve el interés.
Le sonríen y le hacen fiesta al jefe de todo. Le aplauden como focas y cuando pregunta qué hora es, todos responden que las que él diga.
No se diga si el “patrón” tiene el poder para repartir posiciones, la facultad de incluirte en la lista de candidaturas o simplemente te puede dar un “hueso.” A esos los ven hasta guapos y simpáticos, aunque sean momias o verdaderos adefesios.
Cuando pierden el poder y dejan de administrar dinero público se acaban los cuates, se esfuman los aliados, y les dan la espalda.
Le recomiendo, caro lector, El Primer Día de Luis Spota, donde podrá conocer a un hombre atrapado en la soledad absoluta, el mismo día que abandona el poder. En esa novela se respira el canibalismo entre los funcionarios, pero sobre todo la ingratitud.
Pero cuidado, en política, los enemigos sí son de verdad. Los rencores y odios llegan hasta el homicidio.
Es más, la animadversión y el rencor se hereda. Y durante varias generaciones, apellidos se enfrentan por las mentadas de madre de los abuelos.
En estas elecciones algunos se han declarado la guerra más allá de la búsqueda de un puesto de elección popular. Se dicen de todo. Se acusan desde narcotraficantes y hasta se meten con las familias. Se ponen apodos, pagan pautas en las redes para burlarse del contrario y están a un tris de jalar el gatillo.
Sólo uno será triunfador la noche del 2 de junio, sólo uno rendirá protesta de ley y sólo uno administrará recursos públicos. Pero el perdedor vivirá para reventar al ganador, dedicará su vida para que fracase quien le ganó y esperará tres años para la revancha.
Recordemos que en política y en la vida misma, no hay victorias para siempre ni derrotas eternas. Por eso, al calor de las campañas los señalamientos son pasajeros, pero el odio permanecerá por siempre.
El cobro de facturas, venganza, desquite, represalias, ajustes y el escarmiento siempre ha existido. Pero el aumento de la polarización pone en peligro a los actores de las contiendas.
¡Ya verá usted la cantidad de personas que irán a la cárcel!
COLOFÓN.-
+El secreto está en el Congreso. Si la próxima Presidenta logra la mayoría calificada podrá hacer cambios constitucionales con una mano en la cintura.
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+Ya perdió Alma Alcaraz la gubernatura de Guanajuato. La morenista, cuando era diputada, le pagó tratamientos médicos a su hermano con dinero del pueblo. Por eso, ya se rajó a ir al primer debate.
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+Bienvenida la edición del Heraldo Estado de México. Ahí nos vemos los martes.
POR GUSTAVO RENTERÍA
@GustavoRenteria
MAAZ